madrid - La cuarta edición del programa ¿Quién quiere casarse con mi hijo? se estrena hoy en Cuatro “respetando el formato” de anteriores ediciones y con cinco nuevos pretendientes en búsqueda del amor, tan “peculiares” que consiguen sorprender hasta a su presentadora, Luján Argüelles. El director de contenidos de Mediaset España, Manuel Villanueva; el director del Área de Producción de Entretenimiento de Cuatro, Mariano Blanco, la propia Argüelles y los cinco candidatos con sus respectivas madres presentaron la nueva temporada del formato, “una máquina perfecta de entretenimiento televisivo”, en la que tiene una vital importancia el “casting”. Villanueva aseguró que “este programa es también una declaración de intenciones, un mensaje muy claro de cuál es el marchamo de Cuatro. La línea editorial de la cadena tiene que estar cuajada con productos de este tipo: productos de entretenimiento con humor. Esta es la línea en la que queremos trabajar complementada por la ficción, por los programas coach y los de aventuras”.
Argüelles vuelve a ser la maestra de ceremonias del programa, que en pasadas ediciones tuvo una media de cuota del 10,3%, y en esta ocasión intentará ayudar a conseguir sus objetivos a David, Markus, Sandro, Rafa y Diego y a sus madres. Son, dijo la periodista y presentadora, unos “personajes peculiares” que consiguen sorprenderla cuando menos se lo espera y ahí es donde, dice, reside el encanto del programa y las “diferencias” año tras año.
David, de 37 años, es un niño “cariñoso, sociable y divertido”, según le describió su madre, María Rosa, una “tarotista” de profesión, que compartirá protagonismo con Markus y su madre, María José. Él es un gallego que define a su mujer ideal como “un putón familiar” y que tiene solo en común con su madre, una vendedora de seguros, que siempre tienen sueño. Sandro, El Malaguita, es a sus 29 años el hombre ideal que toda mujer sueña tener a su lado, solo hay “una pega”, subraya su madre. Rosa: que a él le gustan los hombres. El Malaguita se presenta como un chico de derechas, “más de Aznar que de Rajoy”, “varonil” y “monárquico”, para el que su madre ansía “un hombre con futuro y carrera”. Desde Marbella y en avión privado aterrizan Rafa y María Luisa en busca de la mujer perfecta que no le quiera solo “por el interés económico” y que sea “simpática, con carácter y, a ser posible, tatuada”. Con un gusto muy particular, aficionado a las películas “de serie B y serie Z”, Diego participa de la mano de su madre, Estrella, una antigua presentadora de TVE que espera que su hijo encuentre “una chica normal”. - Efe