Madrid. Desde que comenzó su trayectoria profesional en 1978, ha estado muy vinculada a la información política y sostiene que cuando los políticos conceden una entrevista deberían ser conscientes de que su obligación es dar información y "no soltar un mitin".

El lunes cumple diez años como directora de informativos. ¿Cómo lo está viviendo?

Con normalidad. Solo el trabajo es la fórmula para cumplir los objetivos que mi empresa me demanda. Un trabajo, eso sí, para el que soy muy exigente. Diez años en la dirección de informativos es algo inédito en la televisión en España, es cierto, y no le quiero quitar valor. Lo reconozco y me enorgullezco. Y aún más siendo mujer, más complicado cuando empecé que ahora.

En su cargo, ¿ha recibido presiones tanto para publicar alguna información como para silenciarla?

Sí. Las presiones eran infinitas al principio, sobre todo de los políticos, pero es necesario poner pie en pared y hacerles comprender que por ahí no vamos bien. Que la presión no es admisible, que denigra a quien la ejerce y si es aceptada a quien la recibe. Hoy tengo relaciones extraordinariamente cordiales con todo el mundo. Pero ya no hay presiones, si acaso sugerencias. Digamos que todos nos hemos cogido la medida. Y quien me conoce sabe, aunque suene petulante, que conmigo ese no es el camino.

¿Alguna vez se ha sentido discriminada por ser mujer? ¿Ha tenido que trabajar más que un hombre para estar dónde está?

Discriminada, como tal, no. Y más trabajo creo que tampoco. Pero bajo sospecha sí, muchas veces, sobre todo cuando comienzas, o estas recién nombrada en un cargo. Entre los colegas y los medios de comunicación es muy frecuente que atribuyan los logros de las mujeres a factores externos, no a méritos propios. Algo que no sucede con los méritos de los hombres. Además, cuesta luchar contra los estereotipos. Se piensa que las mujeres carecemos de liderazgo y en cambio somos más sensibles que los hombres a la hora de dirigir equipos, lo que no es exactamente así. Por eso, es frecuente que si ejerces ese liderazgo con claridad se considere que tu personalidad es masculina. Reconozco que es cansadísimo, pero como llevo más de treinta años conviviendo con esa realidad, me aburre pero no me cuesta neutralizarla.

Siempre ha estado muy vinculada a la información política. ¿Le hubiera gustado hacer otras cosas?

Rotundamente no. Me encanta la política desde las gradas. Con papel y lápiz para opinar sobre sus actores, para hacer crónicas de lo que acontece, para criticar lo que surja. En ningún momento he tenido tentaciones de bajar a la arena.

De su entrevista a Aznar, uno de los principales titulares que se extraen es que no descartó su vuelta a la política activa. ¿Cree que los políticos dan titulares o vienen ya de casa con su discurso?

Pues hay de todo. En el caso de Aznar, está claro que él tenía ganas de hablar, pero también es verdad que le pude arrancar titulares que probablemente él no hubiera deseado. Supimos cuántas veces se ha visto con Rajoy o con el Rey y, sin embargo, no creo que viniera a dar esos mensajes, es más, trató de rehuirlos. Además guardó silencios muy elocuentes. Pero es cierto que en otras ocasiones, sin ir más lejos con Rajoy o Zapatero, les he encontrado con aspiraciones de soltarnos un mitin. Contra eso me rebelo porque me parece una falta de respeto hacia los espectadores. Cuando aceptan una entrevista, los políticos deberían pensar que tienen la obligación de dar información, no de hacer propaganda.

Los últimos meses los informativos de Antena 3 de la sobremesa del fin de semana han sido líderes. ¿A qué cree que se debe?

Durante tres años fuimos líderes absolutos de informativos en España, a partir de 2004. En ningún país europeo una cadena privada había superado a la pública en audiencia como nosotros. Luego la riña se hizo más ajustada, y ahí estamos ahora. Ganamos fines de semana y también cada día a las 3 de la tarde. La fórmula es el esfuerzo en cada edición, la competencia dura, porque los compañeros de las otras cadenas no nos lo ponen fácil.

¿Tiene usted algún modelo de informativo a seguir?

Digamos que en Antena 3 hemos podido cumplir nuestras aspiraciones. Unos informativos donde lo que cuenta es la información, sin sesgos, donde la noticia manda, con buena infografía y con la más moderna puesta en escena. En esto hemos ido abriendo camino en España, con una nueva manera de contar las noticias apoyándonos en nuestra gran pantalla. En televisión es imprescindible innovar, de lo contrario mueres.

¿Cómo ve la situación actual del periodismo?

En la encrucijada, en crisis como todo, pero de las crisis se aprende y se puede salir reforzado. En esto soy optimista. Contra los agoreros que pronostican que el periodismo se acaba, yo me atrevo a augurar un gran futuro.

Parece que el periodismo en España atraviesa sus horas más bajas en cuanto a valoración de la ciudadanía. ¿A qué cree que se debe?

El periodismo en España goza de buenos medios y magníficos profesionales, pero desde hace unos años ha padecido un intrusismo escandaloso. Cualquier personaje irrelevante se asoma a una pantalla a pontificar sobre informaciones basura. ¡Cómo no van a perjudicarnos estas prácticas!