Bilbao. Los lunes se pone en la piel de Felipe IV en Águila roja y tiene un enemigo formidable en el "sibilino" cardenal, el actor José Ángel Egido, al que no escatima elogios.

Tras más de un año de ausencia, ¿temía el rey que sus súbditos hubieran emigrado?

Con lo alta que quedó la audiencia, siempre pensamos que si TVE no conseguía ponerse de acuerdo con Globomedia, o no podía seguir con la serie por los recortes, la cogería otra cadena. Yo me alegro mucho de que siga en TVE. Me daba pereza pensar en todos los cortes de publicidad pero no por mí, sino por el espectador.

¿Los actores lo pasan mal cuando tienen un trabajo que no ve la luz?

Sí, porque trabajo llama a trabajo aunque ahora ya no está tan claro. En cualquier caso, que se emita te permite saber que no ha sido un sueño, que lo hiciste y ahí está. Está la satisfacción de que nuestro trabajo se vea y de que siga siendo bien recibido después de tanto tiempo.

Su personaje y las intrigas palaciegas van a cobrar más peso...

Así es, en los 17 capítulos que se van a emitir todavía había presupuesto como para seguir sacando los grandes escenarios del Alcázar de Segovia o El Escorial, eso cuesta mucho dinero y es complicado de organizar. En la segunda parte las peripecias del rey y su esposa se desarrollarán más en plató.

¿Impresiona rodar en el Salón del Trono del Alcázar?

Estar en un decorado adecuado, bien sea reconstruido o real, te ayuda como actor. Te alcanza si eres sensible y observador y te dejas llevar por esas sombras; es como la indumentaria, te va conduciendo al personaje y a la época.

Al principio al rey solo se le veía de espaldas o era una silueta...

Yo intervengo desde la primera temporada, pero no desde el primer capítulo porque estaba con otro trabajo. Por eso el rey salía de espaldas. Después puse la voz a los dos o tres actores que hicieron de Felipe IV.

¿Está a gusto mandando?

Yo tengo un carácter bastante fuerte. Soy Aries, es una tontería pero dicen eso. Sí estoy a gusto, además siempre he estado en trabajos de coordinación, me gusta impulsar cosas, la acción... pero en plazos cortos; yo para compromisos de más un año no me veo.

Pues qué fatalidad porque Felipe IV reinó 44 años, el reinado más largo de la Casa de Austria...

(se ríe) A este sí le tocó, pero yo no estoy todos los días en el palacio. Solo voy cuatro o cinco días al mes.

Pero también deseará un 'reinado' muy largo en la serie, ¿no?

Sí, dentro de las licencias que se permite, que creo que son un acierto aunque los historiadores protestaron mucho. Águila roja abrió todo un mundo de proyectos relacionados con el cine histórico, pero ninguno ha tenido su éxito.

La audiencia ya sabe que es una ficción con un sustrato histórico, la España del XVII...

No pretende ser una reproducción histórica; en realidad todas las adaptaciones -incluso las estupendas que hacen los británicos- tienen licencias. Aquí hay más ucronías que licencias.

'Águila Roja' muestra que el imperio estaba en decadencia, que había conflictos con todos los vecinos...

Las ideas fundamentales están: un imperio en decadencia, un sistema de gobierno que empieza a estar trasnochado, las riquezas de América robadas a los indios para gastarlas en guerras de religión y aquí no quedó casi nada para crear industria... y así lo estamos pagando.

En la serie hay personajes buenos y malísimos. Al público el suyo no le parece de los peores... sobre todo comparado con el cardenal.

Ese es el juego, suelo decir que somos como Tom y Jerry. El cardenal es sibilino y aparece como muy lujurioso; el rey lo es, pero no da esa imagen, es un saltacamas porque es el rey, como todos los nobles de aquella época.

Al final cae hasta bien...

¡Ojalá! A mí las escenas en que tengo que ser cruel y mandar matar indios, o esa obsesión por el oro, no me dejan en el mejor estado de ánimo porque tengo que sacar mis peores emociones. Creo que el rey está representando una estructura de poder y el poder casi siempre es o ha sido así, de una manera más evidente en otras épocas. Lo que tenía de bueno Felipe IV es que a su manera era un ilustrado, fue un gran protector de las artes. No es fácil que Velázquez hubiera podido tener la carrera que tuvo sin su protección, y otros pintores y muchos músicos del virreinato de Nápoles.

¿Se puede dar alguna pista de lo que sucederá esta temporada?

Habrá sorpresas sobre algún aspecto que quedó colgado del pasado del rey y se van a ir acentuando los conflictos de pareja con la reina.

¿'Anillos de oro' fue su primera serie?

Larga sí, pero había hecho antes otras cosas grabadas en Cataluña.

¿Le sorprende que la gente aún le recuerde en aquel papel de 1983?

No, porque son quienes tenían mi edad cuando yo lo hacía y es como si les fuera acompañando en la vida. Había una sola televisión y fue una serie que produjo mucho impacto, todo empezaba a cambiar y había ganas de contar cosas. En aquella época no se hablaba de problemas de pareja y que se hiciera en el despacho de dos abogados a la gente le atrajo mucho. Mi personaje era bueno y afectuoso, todo lo contrario a Felipe IV. Yo estaba muy a gusto con él. Es más agradable trabajar con buenos sentimientos.

Los villanos son de más lucimiento...

Los malos son atractivos, por ejemplo los de Shakespeare. ¡Fíjate en Ricardo III, fascina esa capacidad de cometer tales horrores...! Después de hacer Tesis me cayeron un montón de propuestas para hacer de malo pero a saco, sin la sutileza del personaje de la película de Amenábar; y realmente era mucho peor Noriega pero como tenía ese aire romántico y menos calculador...

Usted también intervino en 'Señorío de Larrea', en ETB en 1999...

¡Otro malo!

¿Volvería a trabajar cerca de casa?

Sí, claro. Pero ahora estamos lejos de poder hacer una serie como aquella. Yo estaría encantado de volver a ETB.

¿Cómo está el sector?

Nuestra industria cultural está recibiendo un golpe casi mortal cuando revierte mucho más de lo que se invierte en ella, incluso al Estado.

¿Este Gobierno aún se acuerda de los de 'la zeja'?

No cabe duda de que hay un resentimiento pero lo más difícil de aceptar es que si no lo hacen por eso, ¿cómo es posible que lo hagan por ignorancia respecto a la importancia de este sector en puestos de trabajo? Me pregunto cómo se ha alcanzado esa inquina porque nos atribuyen la primera gran movilización que hubo contra la guerra de Irak. En todo caso es muy creíble porque hay una ultraderecha mediática que lo tiene muy claro y desde aquello ha ido a por los actores sin parar en una campaña absolutamente terrible y mentirosa.