Bilbao. Ángel López lleva un año en Onda Vasca como jefe de programas. En estos últimos doce meses de su vida profesional ha visto cómo el proyecto de la emisora ha completado su franja de emisión, cómo se han consolidado programas y cómo los oyentes se han ido sumando a los diferentes espacios que dan forma a una manera de hacer una radio cercana, pero sin perder el horizonte de lo que pasa más allá de las fronteras de Euskadi. Información, opinión, entretenimiento y deporte son los pilares fundamentales de la emisora.
¿Cómo se presenta la tercera temporada de Onda Vasca?
Lo que hemos intentado es hacer una programación atractiva que llegue al mayor número de oyentes posible, huyendo de estigmas y de etiquetas. Tendrá un denominador común, serán programas creíbles, no se parecerán a otros que fueron un éxito en otros tiempos. La ventaja de la radio privada es que es fresca y nueva y que puede atreverse con otro tipo de contenidos o probando a comunicadores que aún no están quemados o contaminados por muchos años de trayectoria. La ventaja de Onda Vasca es que somos libres también a la hora de experimentar.
¿Nos va a sorprender?
No va a ser sorprendente porque la la materia prima la conocemos, pero hay espacios, secciones, interlocutores que pueden ser referenciales.
La realidad sin cambios en 2009, ¿ahora también?
Sí, porque todavía hay razones, más posiblemente que antes, para seguir el camino de nuestra verdad, de contar cosas, que o se escuchan en Onda Vasca o no se escuchan en ningún otro medio radiofónico en este país. No se trata de sentirnos propietarios de la verdad, sino de ponerle sonido a lo que ven nuestros ojos cada día en todos los ámbitos de la vida: en la política, en la economía, en el deporte… Ese es el posicionamiento valiente que podemos tener, porque no existen las ataduras que frenan a otras emisoras que están sujetas al poder público o otras empresas privadas que funcionan como multinacionales.
La emisora pone el foco en los informativos y, sobre todo, en los de fin de semana.
Era el principal déficit que veíamos. Hacíamos un esfuerzo infinito en Euskadi fin de semana por no perder de vista aquellas cosas que estaban pasando en Euskadi y de las que queríamos ser testigos y compartirlas con los oyentes. El primer escalón que teníamos que subir para continuar creciendo en Onda Vasca era reforzar el fin de semana.
La tarde es una franja difícil para la radio porque compite de forma muy directa con la televisión. ¿Va a haber refuerzo en este sentido?
La tarde, durante la semana, no registra muchos cambios respecto a la fórmula del año pasado que nos ha gustado. Ha traído consigo un incremento en audiencia pasito a pasito, sin prisas, sin emergencias… Se va notando la incorporación de oyentes, lo percibimos en el teléfono, en la página web y sabemos que compite con otros programas con más recursos que nosotros. Hemos hecho un ejercicio de creatividad y hemos incrementado también los recursos humanos. Vamos a tener un programa más completo. No vamos a correr, no tenemos prisas, pero tampoco queremos dormirnos en los laureles. Creemos que todavía hay mordisco en el pastel para la tarde. Desde luego, ni Begoña Beristain ni nosotros pensamos que está todo dicho en La tarde en Euskadi.
A Javier Vizcaíno le han quitado media hora de sueño todos los días.
Es un hombre que se está haciendo cada vez más noctámbulo. Él también era consciente de que el programa se quedaba corto. Las tertulias tan jugosas que él sabe plantear como pocos, y que crean una atmósfera entretenida y a la vez informativa, tenían que tener un poco más de espacio.
Un maridaje difícil.
Es difícil maridar esos componentes y, aunque duerma un poquito menos, está más satisfecho porque se siente más cómodo y tiene la sensación de que cada jornada ofrece a la audiencia el producto que estaba demandando. A él sí que le llegaban peticiones a diario pidiéndole más tiempo para el programa. Es un programa que tiene mucho crecimiento por delante y que está creciendo día a día.
Las mañanas trepidantes de Xabier Lapitz y Kike Alonso no sufren alteraciones.
Apenas cambian. Se sustituyen algunos contertulios que cambian de sitio y dejan el hueco a otras incorporaciones que van a darle aire a los programas, pero que mantienen la idea común de Euskadi hoy: pluralidad, escuchar a todas la voces y que todos los partidos y sensibilidades de Euskal Herria estén representadas. Ese es nuestro objetivo. Hasta ahora la fórmula ha funcionado y las modificaciones son pequeños ajustes que no va a modificar la estructura o la etiqueta que tienen nuestras mañanas.
¿El fin de semana?
El programa de la mañana es un programa que arrastra a mucho público. Compite con los grandes con unos recursos pequeños, pero que se solventan con una entrega, con un compromiso y con un trabajo encomiable. Se han hecho algunos cambios en cuanto a secciones. Pero quiero destacar las ganas que le está poniendo el equipo y el entusiasmo que se percibe cada día del fin de semana. Es otra de las garantías que tenemos de que el espacio va a seguir funcionando.
A una mayoría de los oyentes lo que más les interesa es el mundo del deporte.
El deporte era la pata que nos quedaba en Bizkaia. Teníamos pendientes las retransmisiones del Athletic…
Pues han elegido ustedes un buen momento.
El momento es uno de los más emocionantes y también más preocupantes del panorama futbolístico en el Estado por toda la movida que rodea a los derechos de televisión y radio. Poder contar lo que está pasando ahora es muy interesante, estamos asistiendo a una revolución en el fútbol que va a permitir acabar con los dispendios y con un sobredimensionamiento del fútbol en Estado. Ser testigos de esta historia y poderla contar a los oyentes es una buena oportunidad. Vamos a ofrecer los partidos del Athletic, de momento, los del campeonato de Liga y a medida que vaya transcurriendo la competición en la Copa y en la UEFA también iremos decidiendo hasta que punto nos sumamos a ellas.
Hay más deportes.
El resto de los deportes tiene su ventana dentro de la programación de Onda Vasca. Somos la emisora que tiene más ventanas dedicadas a la información deportiva. Nos queda obtener recursos para destinar capital humano para cubrir otros deportes. Hasta la fecha, hemos considerado que tenemos que poner el acento en el fútbol, en el ciclismo y, por supuesto, en la pelota y el remo que son dos disciplina tan nuestras que ahí sí que no podemos fallar a los oyentes.
La directora de Onda Vasca habla de llegar a los 120.000 oyentes esta temporada.
Hay que ser coherentes con las aspiraciones. Los techos de audiencia son finitos en Euskadi, somos un país pequeño, y no hay que perder el norte, pero me da la sensación de que todavía tenemos margen para crecer, al menos hasta los 120.000 oyentes. No me gusta dar cifras, pero tampoco me parece estar tan lejos de los 120.000 oyentes.
En la segunda temporada nació un nuevo hijo, la página web.
El hecho de poder conectar con los oyentes vía internet nos ha dado presencia en el mundo. Hay muchos oyentes que nos sintonizan desde muchos puntos del Planeta; hay oyentes en Gambia, en Pensilvania, en Seúl, en Japón... Saber que está ahí también reconforta. Traspasar fronteras para un medio tan pequeño y que no lleva tanto tiempo nos ha dado otro plus. En esa mochila que llevamos cargada de ilusiones, la página web es una más. Además, para celebrarlo vamos a ponerle un traje nuevo a la página web y su crecimiento va a estar de acorde con el crecimiento de la emisora. Queremos que sea fresca y que tenga las señas de identidad de Onda Vasca.
¿Echa de menos los recursos de los que ha disfrutado en otra emisora?
No hay ninguna duda de que tener recursos facilita las cosas, pero a veces actúas con un espíritu acomodaticio. El año que llevo en la jefatura de programas de Onda Vasca me ha permitido recuperar sensaciones que yo había vivido en emisoras pequeñas hace tiempo. Las recompensas personales ahora son más satisfactorias.