bilbao. BuenAgente vuelve a patrullar en La Sexta. La serie protagonizada por Antonio Molero regresa mañana a la programación con muchos cambios en la vida de los protagonistas. Nuevas relaciones sentimentales, tardías declaraciones de amor, compromisos matrimoniales, celos tan injustificados como incontrolables serán algunos de los giros argumentales que sembrarán de enredos los próximos capítulos.

Patricia Conde es una de las grandes novedades, aparecerá a mitad de la temporada. Adrián Lastra también se suma al reparto, encabezado por Antonio Molero (Los Serrano), Arturo Valls (Camera Café), Malena Alterio (Aquí no hay quien viva), Carmen Ruiz (Yo soy Bea) y Patricia Montero (Los hombres de Paco).

La expresentadora de Sé lo que hicisteis interpretará a Paula, una atractiva agente de policía que llega a la comisaría en la que trabajan Sebas (Antonio Molero) y Jorge (Adrián Lastra). Su dulzura física contrasta con un fuerte carácter, impulsivo y poco diplomático. Su presencia desestabilizará las vidas de varios personajes de BuenAgente, tanto en la comisaría como fuera de ella. Compartirá piso con Ana y Oli en una convivencia que no será fácil por su carácter desorganizado y desordenado.

La serie arrancó con la inesperada ruptura matrimonial de Sebas, un policía local entregado a su trabajo y a su familia que se instalará enfrente de Lola (Malena Alterio), su exmujer. Allí compartirá piso con dos amigas treintañeras: Ana (Patricia Montero), una aspirante a actriz que enloquece a los hombres, y Oli (Carmen Ruiz), con trabajo pero sin suerte en el amor. Agus (Arturo Valls), psicólogo y gran amigo de Sebas, es además amante de Lola, lo que acaba provocando la separación del matrimonio y el final de su amistad. Familiares, amigos y vecinos se verán afectados por esta embarazosa situación.

nuevos enredos En la nueva temporada, el acercamiento que se venía produciendo entre Sebas (Antonio Molero) y Oli (Carmen Ruiz), acaba transformándose en una irresistible atracción a la que ambos acaban sucumbiendo.

Para Sebas, significa pasar página en lo que respecta a su matrimonio roto; para Oli se trata de la relación estable que siempre ha buscado y nunca tuvo. Su distinto pasado sentimental afectará a la forma de entender la relación. Mientras Sebas, que viene de una traumática ruptura, no quiere comprometerse en exceso, Oli se entrega con la ilusión de quien no ha tenido nunca una pareja duradera.