El consumo de energía en las viviendas ha dado un giro de 360º en los últimos años, especialmente desde el cambio de normativa que pone el punto de mira en la eficiencia energética de los edificios. Desde hace más de diez años, el Gobierno vasco destina ayudas a la renovación de fachadas, cambio de ventanas o de electrodomésticos, para que los hogares de Euskadi sean lo más eficientes posible.

Las campañas de concienciación para el uso adecuado de la energía han calado en la sociedad y son muchos los que se han subido al carro de este nuevo movimiento, según apunta Amicyf, la asociación de mantenedores de frío y calor. Sin embargo, los cambios son paulatinos. Según el último estudio realizado por el departamento de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente del Ente Vasco de la Energía, el consumo de energía por vivienda en Euskadi supone un gasto medio de 1.000 euros anuales, siendo la electricidad y el gas natural las energías más utilizadas, aunque las renovables, poco a poco, están cogiendo un mayor peso.

La electricidad y el gas natural son las energías más utilizadas, y las renovables van ganando terreno en los hogares

El análisis baraja diferentes parámetros -carbón y derivados, derivados del petróleo, gas natural, energías derivadas, renovables y energía eléctrica-, obteniendo una descripción detallada del sector residencial vasco. Según la Amicyf, es importante destacar el importante avance de los electrodomésticos más eficientes y un consumo muy presente y a menudo desconocido como es el stand by, que puede llegar a representar el 10% del consumo eléctrico de una vivienda.

En cuanto a los tipos de energía más empleados por los propietarios vascos, el gas natural continúa a la cabeza siendo el combustible más utilizado, seguido por la energía eléctrica y las energías renovables. La lucha contra el cambio climático es una de las principales motivaciones para actuar en el área de la sostenibilidad energética. Por eso, el Gobierno vasco diseñó el pasado año la Estrategia Energética de Euskadi 2020-2030 (3E2020), poniendo en marcha un gran número de actuaciones de política energética, aunque bien es cierto que todavía es un campo incipiente y quedan muchas mejoras por hacer en las viviendas.

El futuro del sector residencial está muy ligado a la eficiencia energética de edificios

El escenario para los próximos diez años se augura más eficiente intensificando actuaciones en materia de ahorro energético y de incremento del equipamiento de instalaciones para el aprovechamiento de las energías renovables en los edificios, que permita reducir la factura energética. Y es que tal y como informa la Amicyf, la antigüedad de la vivienda es un factor clave en la pérdida de energía en forma de calor.

El futuro del sector residencial se encuentra estrechamente ligado a la eficiencia energética de edificios. La pendiente transposición a la legislación española de la Directiva europea de 2002/91/CE sobre el certificado energético en viviendas exigiría que todos los edificios existentes, cuando se vendan o se arrienden, dispongan obligatoriamente de un certificado de eficiencia energética. Un hito destacable en la evolución del consumo de energía en viviendas será la aplicación de la Directiva 2010/31/EU, relativa a la eficiencia energética de los edificios, que introduce el concepto de Edificios de consumo de energía casi nulo. Es decir, edificios de muy alta eficiencia, cuya necesidad de energía es cubierta, en su mayor parte, por fuentes renovables.