Llega el frío y se dispara la factura de la energía en las viviendas. De hecho, el invierno pasado calentar la casa fue hasta un 15% más caro por la subida de la luz y del gas, según datos de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), y probablemente este año ocurra lo mismo. Gastar menos en calentar el hogar sin pasar frío es cuestión de utilizar maneras de ahorrar energía, tener sentido común e invertir en equipamiento en determinados casos. De hecho, hay trucos para ahorrar en calefacción que no necesitan ningún tipo de inversión o si la tienen, el coste es escaso.

Actualmente, muchas viviendas no implementan medidas para ahorrar energía y que les permitan optimizar al máximo los sistemas de acondicionamiento, reducir las pérdidas y maximizar los beneficios. La primera forma de ahorrar energía es evitar excederse en el consumo. Durante el invierno se debe ajustar el tiempo para utilizar la calefacción e impedir pérdidas de energía innecesarias. Por ejemplo, al ventilar la vivienda, 10 minutos es suficiente, por lo que se deberán apagar los radiadores o las calderas para evitar el consumo de energía innecesario.

Aprovechar la luz solar es esencial, porque sirve para iluminar y calentar las estancias. Es importante dejar que la luz entre en la vivienda levantando las persianas y las cortinas, lo que ayudará a mejorar la temperatura del hogar. Sin embargo, al anochecer, se deben cerrar antes de que se genere escarcha en los cristales que tendrá como consecuencia la humedad y disminución de la temperatura.

La tercera está relacionada con los radiadores. Generalmente, al llegar el invierno se utilizan los radiadores para secar la ropa porque, debido al mal tiempo, en el exterior es más complicado que se seque. Esta situación se debe evitar por la seguridad del hogar para prevenir que haya un incendio y para que no impida una correcta distribución del calor por toda la vivienda. Además, aumenta la humedad ambiental y disminuye la temperatura.

Por otro lado, los radiadores suelen acumular aire en su interior con el tiempo y con el desuso de un año a otro. Por este motivo, se debe eliminar el aire que contengan que no calienta y que consume recursos energéticos innecesarios. Es muy importante mantener una temperatura aproximada de las calderas a 70°C, un nivel eficiente para asegurar un nivel de calor adecuado en el interior del hogar. Se debe calibrar la temperatura según el día y la hora, ya que no todos los momentos del día precisan la intensidad idéntica de calor ni de tiempo.

Otra manera de ahorrar en los gastos de la calefacción es ajustar la potencia. Una gran parte de la factura es la potencia eléctrica contratada. Cada 1,15 Kw de potencia supone un total de aproximadamente 50 euros anuales. También se pueden poner burletes en las puertas y en las ventanas mediante sistemas de plástico para conseguir taponar la entrada de aire y mantener la temperatura interior. También es importante el color de las alfombras y de las cortinas debido a que si son oscuros absorben la radiación solar y elevan la temperatura.

21 GRADOS

Las subidas fuertes de temperatura en la calefacción generan un gasto extra, por lo que 21°C es suficiente para calentar un hogar de forma confortable. La utilización de un termostato ayudará a mantener una temperatura óptima durante todo el día y permitirá ahorrar en calefacción entre un 8% y un 13%, es decir, entre unos 60 y 100 euros al año. Cada grado que se suba la calefacción supone un gasto de 35 euros al año. Abrigarse en la vivienda, con camiseta y pantalón de manga larga puede lograr mejorar el confort de los convivientes sin necesidad de temperaturas muy elevadas.

Por último, utilizar programas de encendido es una buena opción si la persona que vive en el domicilio no suele estar mucho tiempo. Ya que, si solo está en casa unas horas al día, dejar la calefacción encendida, aunque sea a baja temperatura, no es rentable. La mejor opción es programar su encendido una hora antes de llegar al domicilio. Así, la vivienda estará a la temperatura correcta sin gastar energía y dinero extra.