La Audiencia de Bizkaia ha acogido este martes la primera y única sesión del juicio contra un hombre al que se le acusa de violar a su hijastra cuando era menor de edad. Por un lado, la Fiscalía ha solicitado una condena de doce años de cárcel por un delito continuado de abuso sexual mientras que la acusación particular la ha elevado hasta los 17 al entender que también se dan delitos contra la integridad moral y trato vejatorio, así como lesiones psíquicas. Por otro, la defensa reivindica la libre absolución.
Los hechos denunciados en octubre de 2022 tuvieron lugar, presuntamente, hace casi dos décadas. Según relata la denunciante, que está bajo tratamiento psicológico, su padrastro comenzó a hacerle tocamientos y enseñarle revistas pornográficas. También le acusa de violarla en repetidas ocasiones y “sugerirle” que se acostara con sus amigos, algo que, según ha expuesto, ocurrió dos veces. Esto le ha ocasionado lesiones y desgarros fruto de las violaciones, aunque nunca habría acudido a un centro hospitalario para su cura.
Según apunta, interpuso una denuncia en 2022 tras ver los relatos de personas a las que les había pasado lo mismo. “No es justo, no me lo merecía”, puntualiza al mismo tiempo que matiza que no ha interpuesto la denuncia “por dinero”.
"Soy inocente"
A propuesta de la acusación particular han testificado dos psicólogas que han tratado a la víctima durante años, quienes han calificado su relato de “coherente y sin fabulación”. Además, peritos de la Unidad de Valoración Forense han advertido de un trastorno postraumático en la denunciante, personalidad depresiva y una “concausalidad” fruto de “vivencias traumáticas” que incluirían violencia sexual.
En su último turno de palabra, el procesado ha negado los hechos de los que se le acusa y ha afirmado que la relación con su hijastra era “normal”. “Soy inocente y creo en la justicia”, ha declarado. En ese sentido, ha responsabilizado a una amiga de su hijastra con la que esta se fue a vivir a los 16 años de la situación generada. Por su parte, la madre y pareja del acusado ha defendido su versión y ha incidido en que jamás vio “conductas impropias”. El juicio ha quedado visto para sentencia.