Suena el ding-dong de la puerta de una perfumería del centro de Bilbao y los dependientes dirigen rápidamente sus miradas hacia la entrada. Sus ojos, como platos, realizan una radiografía del cliente que acaba de entrar. Y es que la tensión se masca en el ambiente de estos negocios bilbainos a causa de los hurtos que están viviendo esta campaña de Navidad. Los amantes de lo ajeno ponen en estas fechas un gran interés en los perfumes y quienes trabajan en tiendas de cosmética y perfumerías viven estos días, además de exhaustos por la avalancha de trabajo, “como policías” para tratar de evitar los hurtos.

El año pasado los comercios del Estado perdieron 2.278 millones de euros a causa de los hurtos. Esto supone el 0,9% del total de facturación de las empresas, tal y como señala el Barómetro del Hurto de Distribución Comercial.

Según detalla este informe, el 53% de los hurtos son acometidos por bandas organizadas que operan con fines lucrativos y suponen un gran problema para la seguridad de los establecimientos. Así lo confirman también varias perfumerías del centro de Bilbao a este periódico. “Son verdaderos profesionales y consiguen robar lo que no te puedes imaginar. Vienen en grupos organizados de dos o tres personas y, además de robarnos mercancía, en muchas ocasiones roban también a los clientes”, explica un dependiente. “Entran hasta con niños pequeños e incluso delante de ellos roban. No les importa ni que estén sus hijos presentes”, cuenta alertado.

Los ladrones saben qué y cuánto tienen que robar, afirma este dependiente, que señala que “son muy minuciosos con lo que cogen y nunca jamás superan los 400 euros, para así evitar la cárcel”. De esta manera están cometiendo un delito leve de hurto, que es una modalidad menos grave de hurto que se aplica cuando el valor de lo sustraído no supera los 400 euros. En estos casos las penas suelen consistir en multas y, en ocasiones, en trabajos en beneficio de la comunidad.

Desde esta céntrica perfumería afirman que este año ha sido “horroroso” en cuanto a hurtos, pero que estas fechas son “aún peores”. “Esta campaña de Navidad están robando muchísimo más que el año pasado. Diariamente pillamos a alguien robando o vemos huecos en las baldas de productos que habíamos colocado”, afirma un dependiente. Sobre el producto estrella entre los hurtos, apunta que son los perfumes, tanto para hombre como para mujer o niños. “Esto se debe a que la gente les encarga los productos y ellos se los venden a un precio mucho menor del que tenemos en las perfumerías”, relata.

Este dependiente, que lleva diecisiete años trabajando en perfumerías y tiendas de maquillaje, confiesa que “esto no lo había visto nunca. La cantidad de robos que se están viviendo en Ercilla y Gran Vía está siendo impresionante”. Según denuncia, tienen que vivir episodios “muy desagradables” cuando “pillan” a alguien robando. “Nos insultan y nos escupen cuando les decimos que devuelvan lo que han robado”, cuenta desesperado. En el caso de su perfumería cuenta que solamente llaman a la Policía cuando pillan a alguien in fraganti o si hay agresiones, ya que cuentan con un sistema de seguridad mediante cámaras que está centralizado y ellos no tienen acceso. “Por cuestiones de protección de datos no podemos visualizar las grabaciones, así que cuando vemos que falta algo en la balda, llamamos a la central y ellos nos confirman si ha habido un robo y ponen desde allí la denuncia pertinente”, cuenta. En este sentido, lamenta “no poder ver quién es el que roba”, ya que de esta manera “nos la siguen colando”. Eso sí, asegura que, en caso de conocer al delincuente y verle entrar, “no hay reparos para echarle porque sabemos a lo que viene”.

En otra perfumería, también del centro de la capital vizcaina, corroboran que los intentos de robo son diarios. “Hay días que conseguimos frustrarlos, pero muchos de ellos no. Más que dependientas, somos policías”, asegura una trabajadora de una conocida perfumería ubicada en Gran Vía. “Desde que llamamos a los municipales o a la Ertzaintza hasta que llegan tenemos que retener a los delincuentes y hay momentos de mucha tensión y, en ocasiones, miedo”, reconoce. En la mayoría de casos, confiesa, tratan de que les devuelvan la mercancía para evitar que tenga que venir la Policía, aunque, según señala, no siempre es posible. “Hay quien es muy reacio a devolver lo que ha robado, que, en la gran mayoría de los casos, son perfumes”, precisa. Sobre el perfil del ladrón, desde esta perfumería señalan que “no hay una edad concreta”, aunque confiesan que “en la mayoría de casos son extranjeros”.

Además de los perfumes, las cremas de belleza son otros de los productos favoritos de los ladrones estas fechas, ya que son muy susceptibles al hurto dado su pequeño tamaño y su alto valor. Los accesorios para móviles son los siguientes en la lista, debido a la gran demanda del mercado. En cuanto a alimentación, los productos frescos, como carnes y quesos, y los vinos y otras bebidas alcohólicas son los que se roban habitualmente.