Bilbao - Los tres menores acusados por la muerte de un matrimonio de octogenarios en Otxarkoaga el pasado mes de enero se han reafirmado en sus posturas durante la primera sesión del juicio que comenzó ayer en el Juzgado de Menores nº 2 de Bilbao. La vista oral, que se prolongará otras cuatro jornadas más a puerta cerrada, dio inicio con la declaración de los procesados y sus representantes legales, que ratificaron los testimonios realizados durante la investigación. Mientras los dos menores de 14 años -para quienes la Fiscalía solicita seis años de internamiento en un centro cerrado- asumieron la autoría del crimen; el tercero, de 16 años, negó cualquier relación con los hechos. Es para este adolescente, precisamente, para quien se solicita la mayor pena, de diez años de internamiento, al considerar que fue el autor intelectual del doble asesinato.

El Ministerio público solicita en los tres casos el máximo de la pena posible que, sin embargo, es diferente según el tramo de edad. Por ese motivo, reclama una mayor condena para el tercero de los detenidos, a pesar de que todo apunta a que no estuvo involucrado directamente en la muerte de Lucía y Rafael. “Sería demoledor que mi cliente fuera condenado a diez años”, sostuvo ayer, tras la primera sesión, el abogado defensor, quien alegó que su cliente, vecino del matrimonio de 87 años asesinado, “no estuvo en el lugar de los hechos, ni fue autor material del robo ni del asesinato”. Por contra, expuso que “los otros dos menores han ido al unísono en su contra, diciendo que es el ideólogo que lo preparó todo. Ellos han dicho que iban empastillados, borrachos”. Las declaraciones del resto de los testigos serán concluyentes para determinar la vinculación de este adolescente, que ayer contó con la coartada de su madre. “Se ha reafirmado en que su hijo no participó porque estuvo durmiendo con ella y en todo momento mantuvieron el contacto”, señaló el letrado.

Los hechos por los que se juzga a los tres acusados tuvieron lugar entre las 9.00 y las 10.00 del pasado 18 de enero, cuando los dos menores de 14 años accedieron por la ventana al domicilio del matrimonio de octogenarios, ubicado en la calle Zizeruena, con intención de perpetrar un robo. Una vez dentro, golpearon violentamente y atacaron con varias armas blancas a los dos ancianos, lo que provocó su muerte. Horas más tarde, un familiar encontró los cuerpos sin vida de la pareja, lo que dio paso a la investigación policial. La Ertzaintza incautó varios cuchillos y encontró numerosas huellas dactilares en el piso, facilitando el arresto de los dos menores de 14 años -uno de ellos tutelado por la Diputación Foral de Bizkaia en el momento de los hechos, razón por la que se ha personado en el proceso- por su posible implicación. Posteriormente se arrestó a un tercero, cuya participación pasó de considerarse secundaria a que fuera juzgado como inductor de los hechos.

Así consta en el escrito de acusación, que estima que los tres acusados son autores de los delitos de asesinato y del robo con fuerza en una casa habitada. “La intención es condenar a todo el mundo, sabemos el peso social de todo lo que acompaña al caso”, aseveró el abogado del menor de 16 años, quien considera que el juicio se desarrollará “muy rápido” ya que “las pruebas son concluyentes”. En ese sentido, sostuvo que la inocencia de su cliente podría probarse, según indicó, a través de la declaración de uno de los dos declarantes protegidos. “Hay un testigo que dice que desde su vehículo, aparcado a la altura de la calle Zizeruena, vio a los otros dos menores muy nerviosos, mirando si había cámaras alrededor. Ese testigo no pone a mi cliente en el lugar de los hechos”, defiende el letrado, quien confirma que uno de los menores de 14 años durmió esa noche en la casa de su defendido, aunque se marchó por la mañana dejando a su cliente en el domicilio. “El otro también dice que estuvo ahí, miente. No se puede preparar todo esto para ir en contra de otro menor, que realmente no ha sido el autor material”, señaló.

Tensión en el exterior La expectación ante el Palacio de Justicia bilbaino, donde una decena de medios hicieron guardia durante toda la mañana, fue palpable desde primera hora. Hacia las 10.00 horas comenzaron a llegar los acusados, a bordo de tres vehículos con las lunas tintadas, tras ser trasladados desde el centro de menores de Zumarraga, donde permanecen recluidos desde su arresto ocurrido días después del crimen que conmocionó la capital vizcaina a principios de año. Dos horas más tarde, los acusados abandonaron la sede judicial, entre gritos y palabras de cariño de algunos familiares concentrados en la entrada, quienes protagonizaron un altercado con los medios de comunicación que requirió la intervención de dos policías municipales. Una de las familiares incluso llegó a lanzar una zapatilla a los cámaras de televisión que informaban sobre el proceso judicial.

Hoy tendrá lugar la segunda sesión del juicio, en la que declararán los agentes de la Ertzaintza que tratarán de dilucidar cómo transcurrieron los hechos. Durante el resto de las jornadas -miércoles, jueves y viernes de la semana que viene- se sucederán los testimonios de testigos protegidos, vecinos del barrio y forenses, que presentarán el informe de autopsia y se perfilará también la personalidad de los acusados. Fuentes cercanas señalaron que la jueza que instruye el caso ha excusado la presencia de los menores, que no volverán al juzgado hasta la última sesión en la que se leerán las conclusiones.