Bilbao. Los médicos que estudian el caso de Ismael Q., quien el pasado lunes confesó haber matado brutalmente a su madre Pilar, de 58 años, y a su hermano Javier, discapacitado de 11 años, han diagnosticado que el joven padece una trastorno mental grave que podría haberle llevado a cometer el doble crimen. Concretamente, a Ismael se le ha diagnosticado una esquizofrenia severa, lo que presumiblemente podría liberar al presunto asesino de su responsabilidad penal. Por ello, desde el pasado martes, el juez decretó su ingreso vigilado en el pabellón de Psiquiatría del hospital bilbaino de Basurto, donde permanece recluido.
Un primer diagnóstico ofrecido por el equipo médico establece que Ismael puede sufrir una esquizofrenia severa lo que pudo inducirle a cometer el parricidio. Ahora, el hecho de haber sido diagnósticado como "enfermo mental" podría evitar que el joven sea condenado por los hechos cometidos. Alonso Belza, abogado y profesor de Criminología, pronosticó para DEIA un posible diagnóstico: "Su comportamiento es absolutamente anormal. Es un perfil con algunos comportamientos de esquizofrenia". Aunque hizo hincapié en que "en este momento es precipitado hacer cualquier diagnóstico y si no podemos hacer un diagnóstico no podemos hacer una valoración jurídica".
Tal y como explicó ayer el criminólogo en estas páginas, "según el diagnóstico que se haga de esa enfermedad mental, puede que desaparezca su responsabilidad penal de manera total, parcial o que se atenúe". "En todo caso, aunque sea un enfermo mental, Ismael deberá comparecer ante el Juzgado de Menores y deberá estar penado por la Fiscalía de Menores", añadía el experto. Y es que Ismael, presunto asesino, cometió los hechos un día antes de alcanzar la mayoría de edad, por lo que será juzgado bajo la Ley del Menor. "El objetivo último de la justicia siempre es, aunque suene utópico, el interés del propio menor que debe compaginarse con la protección de la sociedad, en este caso de las víctimas", explicó Juan Calparsoro, fiscal superior del País Vasco.
En caso de que, finalmente, Ismael fuera condenado por el juez de Menores el doble asesinato cometido en Portugalete se enfrentaría a una pena máxima de diez años de internamiento en un centro de menores y a cinco años más de libertad vigilada, aunque una vez cumplidos los 21 años podría continuar cumpliendo la condena en un centro penitenciario. Por el momento, Ismael permanece ingresado en el pabellón de Psiquiatría del hospital de Basurto, a la espera de que las autoridades tomen una determinación.
Asesino confeso El joven portugalujo que se autoincriminó como responasble del asesinato de su madre y de su hermano tenía intención de acabar con la vida de toda la familia. Así lo dejó recogido en unas notas manuscritas que la Unidad Científica de la Ertzaintza localizó en el domicilio familiar.
En el mismo registro realizado por los agentes de la Policía vasca, también se hallaron las dos supuestas armas del crimen. En concreto, un cuchillo y una especie de piqueta. Ambos instrumentos están siendo analizados de manera exhaustiva por la Unidad Científica de la Ertzaintza.
"Del mismo modo que el hecho de haberse presentado en la comisaría de la policía sería un atenuante, el hecho de haber matado a su hermano y a su madre tendría el agravante de parentesco", aclaró el criminólogo.