En los últimos tiempos, las cápsulas monodosis de café se han asegurado un puesto de honor en miles de hogares de todo el mundo. En el Estado español, siete de cada diez hogares se han decantado por este sistema, tal y como señala un Estudio del Consumo del Café en España elaborado por Cafés Novell. Y por si este dato no ha despejado todas las dudas, ahí va otro: el 70% de la población adulta española consume café en su día a día -principalmente en su vivienda-, un hábito que equivale a 40.000 toneladas anuales solo en cápsulas.

Por supuesto, todavía hay quienes no se han dejado convencer por el 'what else?' George Clooney como imagen oficial de Nespresso y prefieren mantenerse fieles a la clásica cafetera italiana. En cualquier caso, el café encapsulado triunfa gracias a su forma rápida, cómoda y simple de disfrutar de esta deliciosa bebida en casa.

Más allá de la desventaja económica (el precio por taza es muy superior en comparación con el café tradicional), una de las consecuencias a tener en cuenta es el impacto medioambiental derivado de su consumo. Ante esta situación, algunas de principales empresas y marcas del mercado demuestran su compromiso con el reciclaje impulsando medidas como la apertura de sus propios puntos de recogida.

Qué hacer con las cápsulas de café

Lo primero que hay que recordar es que, una vez usados, este tipo de desechos requieren un tratamiento específico. Por ello, debemos tirarlos en el contenedor gris o depositarlos en alguno de los puntos limpios de la ciudad.

¿Puedo echar las cápsulas en el contenedor amarillo, con el resto de envases domésticos?

¿Puedo echar las cápsulas en el contenedor amarillo, con el resto de envases domésticos?Es una de las ideas equivocadas más extendidas entre la población, pero la respuesta es NO. Ni tan siquiera una vez que las hayamos vaciado por completo y hayamos limpiado el poso de café sobrante.

Según explica la entidad responsable de la recogida y separación de recipientes para su reciclado, Ecoembes, las cápsulas de café no se consideran envases domésticos, sino que la ley las clasifica como residuos alimentarios (al igual que las bolsas de té, por ejemplo).

Además, el proceso de reciclaje de las cápsulas de café varía entre una empresa y otra. Aun así, el metal se suele reutilizar para hacer nuevas cápsulas y el café se aprovecha para hacer compost con fines agrícolas.