En torno al 25% de los vascos convive con dolor crónico
Un informe, publicado por la Fundación Grünenthal, revela el impacto del dolor crónico en el trabajo y el descanso
Uno de cada cuatro vascos convive con dolor crónico. Así lo confirma el ‘Análisis de situación del impacto del dolor crónico en el País Vasco’presentado por la Fundación Grünenthal en colaboración con el Observatorio del Dolor de la Universidad de Cádiz. El estudio revela que el 25,4% de la población en Euskadi sufre esta dolencia, una cifra muy similar a la media estatal (25,9%). Informando así también sobre cómo esta dolencia afecta al descanso, la productividad y la calidad de vida de quienes la padecen.
¿Qué se considera dolor?
Según la Asociación Internacional para el Estudio del Dolor (IASP), el dolor es “una experiencia sensorial y emocional desagradable asociada a un daño tisular real o potencial”. Por otro lado, La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha reconocido el dolor crónico como enfermedad en su última Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11).
A nivel mundial, uno de cada cinco adultos padece dolor y uno de cada diez es diagnosticado de dolor crónico cada año. En Europa, la cifra alcanza al 19% de la población, mientras que en el Estado español el porcentaje ronda el 17%.
Más frecuente en mujeres y en edades medias
El informe muestra que el dolor crónico afecta especialmente a las personas de entre 35 y 54 años (30,3%) y que la prevalencia es ligeramente mayor en mujeres (26%) que en hombres (24,4%). La duración media del dolor se sitúa en 8,3 años, lo que refleja la persistencia y el impacto de esta condición en la vida de los pacientes.
Más de la mitad de los afectados (54,2%) describe su dolor como “intenso” y un 4,8% lo califica de “insoportable”. Las causas más comunes son el dolor lumbar (54,2%), el dolor cervical (45,8%) y las contracturas musculares (42,2%). Otros tipos de dolor menos frecuentes son la migraña, la artrosis, la osteoporosis o el dolor en los hombros. Casi un 20% (19,3%) de los pacientes desconoce el origen de su dolencia, lo que dificulta el diagnóstico y tratamiento.
El dolor crónico limita la vida diaria
El dolor crónico no solo afecta físicamente, sino que también reduce la autonomía y la calidad de vida. Según el Barómetro de dolor, un 44,6% de los pacientes tiene dificultades para levantarse de la cama o silla, un 34,9% para vestirse y un 32,5% incluso para alimentarse. Estas limitaciones impactan directamente en su día a día y en su entorno familiar.
El estudio destaca que un 38,2% de los pacientes ha estado de baja laboral durante el último año, con una duración media de casi cinco meses. Además, un 20,7% (uno de cada cinco) ha tenido que abandonar su ocupación, y un 13,8% ha cambiado de puesto. El dolor también altera el descanso: el 61,4% sufre trastornos del sueño, una de las consecuencias más habituales y menos visibles.
El 38,6% de los pacientes acudió a los servicios sanitarios en el último mes. Atención Primaria sigue siendo el principal punto de referencia (84,4%), mientras que Traumatología (37,5%) y la Unidad del Dolor (25%) son las especialidades más consultadas (pacientes de Euskadi). Sin embargo, el tiempo medio de espera para acceder a esta última es de 7,1 meses.
“Un problema social y sanitario”
Ana Martins, presidenta de la Fundación Grünenthal, ha recalcado la importancia de los datos extraídos: “genera también conciencia social y sanitaria por su gran impacto en la vida de las personas que lo sufren y en sus familiares, así como en la sociedad en su conjunto”. Por ello también, han compartido parte de la información obtenida tanto es su web como en el perfil de LinkedIn (única red social que poseen).
Por su parte, la Dra. Inmaculada Failde, catedrática de Medicina Preventiva y Salud Pública y directora del Observatorio del Dolor de la Universidad de Cádiz, señala el impacto de estos estudios “para otorgar al dolor crónico la importancia que se merece a nivel social, económico y sanitario con el fin de mejorar la calidad de vida de los pacientes y el tratamiento de la enfermedad”.
Con este informe, la Fundación Grünenthal busca visibilizar la magnitud del dolor crónico en Euskadi y promover mejoras en su prevención, diagnóstico y tratamiento, una patología que sigue afectando en silencio a miles de personas. La fundación formada en el año 2000, orienta sus sus acciones a crear y compartir conocimiento, capacitar profesionales y divulgar información, con el objetivo de aliviar el sufrimiento y mejorar la calidad de vida de quienes viven con dolor.