Situados entre el fémur y la tibia, los meniscos son como las almohadillas de las rodillas y tienen dos tareas cruciales: una es amortiguar los impactos que sufre la rodilla, ya sean directos o torsionales, y la segunda es distribuir las cargas y el peso mientras nos movemos, caminamos, corremos o saltamos. Es decir, “los meniscos son como los amortiguadores del coche, discretos pero vitales”, explican los doctores Nuria Urquiza y Miguel Ángel Romero, traumatólogos y especialistas en lesiones deportivas del Centro Médico Quirónsalud Plaza Euskadi.

Nuria Urquiza y Miguel Ángel Romero, traumatólogos y especialistas en lesiones deportivas del Centro Médico Quirónsalud Plaza Euskadi. J. Mari Martínez

Si bien la lesión de menisco es un problema que puede suceder en situaciones normales de la vida cotidiana y a distintas edades, es más frecuente hablar de roturas del mismo entre quienes practican deporte. Y en concreto, modalidades como el tenis, que con sus movimientos rápidos y giros bruscos,pone una gran tensión en las rodillas, lo que aumenta el riesgo de lesiones meniscales. "Los movimientos de cambio de dirección y los saltos para alcanzar la pelota son especialmente problemáticos", asegura Miguel Romero.

En este sentido, ambos profesionales aclaran qué significa, por ejemplo, que Novak Djokovic se retire de Roland Garros porque sufre una rotura de menisco medial de su rodilla derecha. “Lo que le ha pasado a Djokovic es una rotura en el menisco interno de su rodilla. Puede ser confuso leer en las noticias la palabra ‘desgarro’, ya que es una traducción literal, pero es verdad que nosotros en España no hablamos de desgarro de rodilla o de menisco, hablamos de rotura”, señala la especialista en lesiones deportivas, la doctora Urquiza.

Una vez sufrida la lesión es fundamental un tratamiento eficaz del desgarro en el menisco de la rodilla. A este respecto, Nuria Urquiza y Miguel Ángel Romero detallan que “cuando existe una rotura en el menisco, lo que se puede hacer es o quitar el trozo que está roto o repararlo. Nuria Urquiza apunta que la diferencia recae en el tiempo de recuperación: "cuando quitamos el trozo de menisco que está roto es muy rápida, entre 4 y 6 semanas, y cuando reparamos el menisco nos iríamos a un proceso de entre 4 y 6 meses”.

Así, apuntan que en el caso de Djokovic se ha optado por quitarse el trozo de menisco roto para poder llegar a los JJ.OO. "Es verdad que se está arriesgando a que a largo plazo pueda tener una artrosis en su rodilla porque ha quitado ese cachito de menisco que falta, pero en este caso su prioridad era llegar a los Juegos Olímpicos, por eso ha elegido la cirugía que le permite llegar recuperado para entonces", aclara Nuria Urquiza. El doctor Miguel Romero, por su parte, explica que en el caso de un atleta de élite como el tenista, una rotura de menisco puede ser especialmente debilitante, afectando su rendimiento y requiere un tiempo considerable de recuperación.

En definitiva, en el caso de la sutura meniscal, el menisco se conserva íntegro y este procedimiento presenta mejores resultados a largo plazo y “será, de forma general, la primera opción a valorar”. En cambio, el tiempo de recuperación total se alarga respecto a la meniscectomía. El paciente deberá permanecer tres semanas sin apoyar la pierna. Tras ese periodo, se inicia la rehabilitación, que puede prolongarse durante varios meses.

Tras la meniscectomía, el paciente puede apoyar el pie desde el primer día, aunque se recomienda al menos una semana de reposo relativo y rehabilitación posterior. Al cabo de un mes y medio o dos meses podrá realizar vida normal, incluyendo el ejercicio deportivo.

Infografía de roturas de menisco. Quirónsalud

El diagnóstico, clave

El diagnóstico preciso de una lesión meniscal es clave para determinar el tratamiento adecuado. Para ello, “exploramos la rodilla con detenimiento, si hay o no inflamación, conversamos con el paciente para que nos explique cómo es el dolor que siente y qué actividad estaba realizando. Si todo ello nos hace sospechar que hay lesión, la indicación es una resonancia magnética que permite visualizar con claridad la lesión”, comentan Urquiza y Romero.

Partiendo de la idea de que “cada paciente es único”, ambos traumatólogos hacen hincapié en que es importante acudir a una valoración con un especialista en lesiones de menisco.

Las opciones de tratamiento son variadas: desde el enfoque conservador hasta la cirugía, y dentro de la cirugía hay diversas opciones. El tratamiento conservador puede incluir reposo, fisioterapia y medicación, mientras que la cirugía puede implicar recortar la parte dañada del menisco o realizar una reparación más intensiva. “El objetivo de nuestros tratamientos siempre es devolverle al paciente, en la medida de lo posible, su vida previa a la lesión”, subrayan.

Cirugía artroscópica, menos invasiva

Una vez decidida la necesidad de cirugía, esta se lleva a cabo mediante una artroscopia, procedimiento que permite visualizar todas las estructuras internas de la rodilla como el cartílago, los ligamentos y los meniscos tanto internos como externos. "Ambos son igual de importantes, pero el externo afecta más a la biomecánica de la rodilla”, concretan los doctores.

A su entender, dependiendo de la gravedad, ubicación de la lesión y otros factores, como la edad del paciente, si tiene o no una vida activa y la presencia de otras lesiones se puede optar por la sutura meniscal o una meniscectomía. Ambos procedimientos se realizan mediante la técnica artroscópica, ya que resulta menos invasiva que otros métodos, y en muchos casos, los pacientes pueden abandonar el hospital el mismo día de la intervención o a la mañana siguiente.

¿Cómo prevenir estas lesiones?

Tan importante como tratar las lesiones de menisco es prevenirlas. Para ello, los traumatólogos del Centro Médico Quirónsalud Plaza Euskadi aportan un consejo fundamental: mantener un peso saludable y fortalecer los músculos que rodean la rodilla. “Una rodilla que está rodeada de una buena musculatura es una rodilla que sufre menos, que duele menos y que permite hacer una vida más activa. Y la gran lacra de este tiempo para nuestras rodillas son el sobrepeso y la obesidad. Cada kilo de grasa es una mochila que la rodilla debe soportar y no está diseñada para ello. El impacto se puede calcular: una persona con un exceso de 10 kilos soporta una carga extra de 10 kg al caminar, pero esta carga se multiplica por 10 al correr. Por lo tanto, cuando corremos, esos 10 kilos se traducen en 100 kilogramos más que afectan significativamente a nuestras articulaciones”, advierte el Dr. Romero.

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