Es menos probable que las madres tomen antidepresivos si sus propios padres y suegros están sanos y viven cerca, según un nuevo estudio. El mismo se basó en un estudio longitudinal que siguió a 488.000 madres de niños pequeños entre 2000 y 2014, tal y como se publica en 'Population Studies'.

En el grupo evaluado de madres finlandesas, se observó que el efecto era más fuerte en las mujeres que se separaron de sus parejas durante el período de estudio.   

Estudios anteriores han demostrado consistentemente que los abuelos más jóvenes y con buena salud tienen más probabilidades de brindar apoyo y cuidado a los niños", dice Niina Metsä-Simola, coautora del estudio e investigadora demográfica de la Universidad de Helsinki (Finlandia).   

La experta añade que los padres de niños pequeños, especialmente aquellos que comienzan a ser padres solteros, pueden ser especialmente vulnerables a los efectos adversos de la separación para la salud mental. Esto podría explicar por qué, en nuestro estudio, el apoyo de los abuelos fue particularmente relevante para la salud mental de las madres que se separan.   

Según Metsä-Simola, el hecho de que estos hallazgos se documentaran en Finlandia, un país con una larga historia de políticas pro igualitarias, es muy relevante. En Finlandia y otros países nórdicos, las madres tienen acceso universal a los servicios sociales y de salud, así como a atención y educación asequibles en la primera infancia. Se ofrecen viviendas económicas con cuidados a las personas mayores.

Sin embargo, a pesar de políticas tan generosas, todavía existía un vínculo entre la proximidad, la edad y la salud de los abuelos y el uso de antidepresivos por parte de las madres. Queda por ver si el vínculo es más fuerte en países menos igualitarios