A apenas hora y media en coche desde Bilbao se encuentra uno de esos lugares que parecen inventados para una postal. En la comarca burgalesa de Las Merindades, el río Nela ha esculpido durante siglos un puente natural de roca caliza bajo el que discurren sus aguas. Sobre esa formación se levanta el pequeño pueblo de Puentedey, que recibe a los visitantes con una de las estampas más insólitas de toda la zona.
El arco rocoso, de más de quince metros de altura, sostiene las casas de piedra que conforman el casco urbano. El resultado es un espectáculo visual único: un pueblo literalmente construido sobre un puente natural. No es extraño que este rincón se haya convertido en uno de los destinos más fotografiados del norte peninsular, atrayendo tanto a excursionistas como a viajeros curiosos que buscan paisajes diferentes sin alejarse demasiado de Bizkaia.
Un casco histórico que conserva su esencia
Caminar por las calles de este pueblo es recorrer siglos de historia. La arquitectura popular, con casas de piedra y madera, se ha mantenido casi intacta, lo que permite al visitante sentir la autenticidad de un lugar que ha sabido conservar sus raíces. En la parte alta se alza la iglesia románica de San Pelayo, con su torre y su ábside semicircular, una joya del siglo XI que recuerda la importancia del lugar en la Edad Media.
El antiguo lavadero y los miradores que rodean el puente ofrecen paradas obligatorias para quienes quieren disfrutar del paisaje. Desde estos puntos se observa el contraste entre la roca, el río y las viviendas encaramadas sobre el arco natural. La imagen resulta casi irreal.
Naturaleza y patrimonio en los alrededores
La ubicación del pueblo lo convierte en un punto de partida ideal para explorar Las Merindades, una comarca marcada por la riqueza natural y la monumentalidad. A pocos kilómetros se encuentra el Monumento Natural de Ojo Guareña, uno de los mayores complejos kársticos de Europa, con más de 100 kilómetros de galerías subterráneas y una gran biodiversidad. Sus cuevas, ermitas excavadas en la roca y senderos ofrecen al visitante una experiencia única de contacto con la naturaleza.
Muy cerca también se encuentran otros pueblos con encanto, como Frías, célebre por sus casas colgadas y su castillo medieval. Oña, con su monasterio de San Salvador o Orbaneja del Castillo, famoso por la cascada que atraviesa el corazón del pueblo. Todo este conjunto convierte la zona en un verdadero tesoro cultural y paisajístico a menos de dos horas de Bizkaia.
Una joya muy cerca de Bizkaia
Este pueblo sobre el puente natural y el entorno que lo rodea ofrecen un plan perfecto para una excursión desde Bilbao. La cercanía, el atractivo de su casco histórico y la espectacularidad de su entorno natural convierten la visita en una experiencia inolvidable. A menos de dos horas de Bizkaia, el viajero encuentra historia, paisaje y naturaleza en estado puro.
En un tiempo en el que cada vez más personas buscan escapadas cercanas y con encanto, este rincón de Burgos se ha ganado por derecho propio un lugar destacado entre los destinos preferidos para los vizcainos.
Un escenario único donde la roca, el río y la historia se funden en una de las imágenes más mágicas que se pueden contemplar sin alejarse demasiado de casa.