A solo una hora en coche desde Bilbao, en plena comarca burgalesa de Las Merindades, se encuentra Pedrosa de la Tobalina, un pequeño núcleo rural que guarda uno de los rincones más espectaculares y refrescantes del norte peninsular: su cascada sobre el río Jerea, afluente del Ebro. No hace falta caminar ni organizar una excursión larga: el salto de agua está junto al mismo pueblo y se puede ver y acceder al agua sin ningún esfuerzo.

Un baño en plena naturaleza

Lo que hace especial a esta cascada, más allá de su belleza, es que se ha convertido en una auténtica piscina natural donde el baño está permitido. La caída, de unos 15 metros de altura, forma una poza amplia con agua fría y limpia. En verano, son cada vez más los visitantes que bajan a la orilla para darse un chapuzón, refrescarse los pies o simplemente sentarse en las piedras al sol.

El entorno es tranquilo, con vegetación abundante y sombra natural. Hay zonas de césped y rincones donde extender la toalla, siempre respetando las indicaciones y sin invadir espacios protegidos.

Es un plan perfecto para los vizcainos, ya que se puede llegar allí en poco más de una hora, aparcar sin complicaciones en el pueblo y bajar caminando en menos de cinco minutos hasta el salto de agua. Muchos visitantes optan por pasar allí una mañana y comer en la zona, o incluso completan el día visitando el cercano pueblo de Frías, con su castillo, sus casas colgadas y su puente medieval.

No hace falta reservar ni pagar entrada. El acceso es libre y gratuito. Eso sí, si se quiere disfrutar con tranquilidad, lo recomendable es ir pronto y evitar las horas punta, especialmente los fines de semana y en los meses de verano.

Un pueblo con encanto

Pedrosa de la Tobalina es un pequeño pueblo burgalés con raíces medievales, situado en el Valle de Tobalina, una zona tradicionalmente agrícola y ganadera. Su nombre hace referencia al terreno pedregoso (petrosa) y al valle al que pertenece. El río Jerea, que hoy alimenta la famosa cascada, fue durante siglos clave para la vida local, moviendo molinos y pequeños talleres.

Foto nocturna de Cascada de Pedrosa de Tobalina Turismo de Observación

Aunque su población es reducida, el pueblo mantiene su encanto rural intacto: casas de piedra, silencio, naturaleza y ritmo pausado. En los últimos años, gracias al auge del turismo rural, Pedrosa se ha hecho popular entre visitantes de Euskadi y alrededores, sin perder su identidad tranquila.

Para completar el día

Además de la cascada, el entorno de Pedrosa de la Tobalina ofrece varias paradas que merecen la pena y que completan perfectamente una escapada de un día.

A solo 10 minutos en coche se encuentra Frías, considerado uno de los pueblos más bonitos de España. Su castillo en lo alto del cerro, las casas colgadas que desafían la gravedad y su puente medieval sobre el Ebro son un conjunto histórico digno de visitar.

Frías Las Merindades

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También cerca está el Monasterio de Santa María de Rioseco, un conjunto monástico en ruinas parcialmente restaurado por voluntarios, que impresiona por su belleza y su historia. Es uno de esos lugares que aún sorprende por lo poco conocido que es.

Otro punto interesante es el desfiladero del Purón, ideal para quienes buscan una pequeña caminata entre paredes de roca y pozas naturales, sin necesidad de gran preparación física. Y para quienes prefieran un plan más tranquilo, los alrededores están llenos de áreas recreativas, rutas sencillas y pueblos pequeños con bares donde comer con vistas y sin prisas.