La Revelía conjuga todos los ingredientes para ser un proyecto “diferente”, como lo describe su artífice, el chef Fernando González, que optó por un cambio radical, dejando atrás sus proyectos hosteleros en Bilbao (restaurante Kokken y pizzería Trozo) para embarcarse en una aventura ilusionante y no exenta de romanticismo. Así, llevó su pasión hostelera al campo, donde trabaja y desarrolla su proyecto familiar. De hecho, el peculiar caserío que acoge el restaurante y el alojamiento de agroturismo es también su vivienda. “Para mí, La Revelía es un proyecto de vida, fruto de una decisión familiar que buscaba conciliar hostelería y vida en familia en un entorno rural”, confiesa Fernando.

Y para ello eligieron este emplazamiento en Amorebieta-Etxano, lejos del ruido urbano, en el caserío Azkarraga. De la mano de un equipo de arquitectos de Bilbao dieron lugar a una casa eficiente y sostenible (con geotermia, placas fotovoltaicas...), original por su fachada negra realizada en madera de pino e interior en estructura de madera, dotada de amplio jardín. “Buscábamos adaptar un caserío con un toque diferencial en la arquitectura, teniendo en cuenta la sostenibilidad”, subraya. Y surgió una construcción con cierto aire nórdico, que “sorprende al verla” en medio del paisaje verde. No en vano, acaban de conseguir un Sol Sostenible de la Guía Repsol concedido en base a criterios de sostenibilidad, ya que tanto el edificio como la gastronomía están sujetos a ellos.

Habitación del hotel. La Revelía

Allí se ubica el restaurante La Revelía, que acoge a 30 comensales en su interior, dotado de grandes ventanales como el hotel. “La luz natural es muy importante por el ahorro energético que conseguimos. La hemos equilibrado bien, en contraste con la decoración interior, en negro, creando un ambiente especial”, apunta el chef.

El hotel, de diseño minimalista pero sin renunciar al confort, ofrece cinco habitaciones y dispone de spa interior, con piscina y sauna. Todo un “plus” para quienes buscan tranquilidad y desconexión en un paraje rural a 10 minutos de Amorebieta y 20 de Bilbao y de las playas. Por todo ello “goza de gran aceptación”, explica su propietario. Y ello a pesar de que las fechas de apertura, al igual que las del restaurante, son también singulares. De hecho, en busca de la conciliación, para adaptar los horarios a la vida familiar de todo su equipo de profesionales, el restaurante cierra en Navidad, Semana Santa, julio y agosto, coincidiendo con las vacaciones escolares. Y da servicio de jueves a domingo. Por su parte, el hotel sí abre 15 días en julio y otros tantos en agosto, solo para alojamiento. “Es nuestra apuesta por la conciliación familiar y laboral que tiene encantado a todo el equipo, formado por personal de la zona”, detalla Fernando con orgullo.

Vista de la piscina interior. La Revelía

Con todo, la sostenibilidad es un criterio omnipresente en La Revelía. En el restaurante, se basa en la apuesta por el producto cercano y ecológico, que logra la diferenciación con combinaciones sorprendentes y llamativas de sabores.

Cocina creativa que sorprende

El restaurante La Revelía ofrece cocina creativa buscando la mayor sostenibilidad del producto. Ello se traduce en pescados cercanos, salvajes, y carnes del País Vasco, como el chuletón o las mollejas de ternera. En los postres también dan rienda suelta a la creatividad, como queda patente, por ejemplo, en la esponja de chocolate o el bizcocho de naranja con helado de limón y punto de chocolate. Incluso dan una vuelta a dulces clásicos como la torrija. En base a todo ello trabajan a la carta y con un menú degustación.

Plato de la carta. La Revelía

Para armonizar con sus elaboraciones culinarias, la bodega incluye vinos del País Vasco, como txakolis de Bizkaia, Araba y Gipuzkoa, junto a diversas D.O. del Estado, sobre todo Rioja, y una selección “muy interesante” de referencias francesas, explica el chef. Sin olvidar champagnes y vinos dulces. “Ofrecemos una carta de vino poco habitual, porque buscamos ‘rarezas’ dentro del mundo del vino, que sorprendan, vinos muy gastronómicos”, indica.

Una de las elaboraciones creativas del restaurante.

Una de las elaboraciones creativas del restaurante. La Revelía

Además del comedor interior, para 30 pax, cuenta con terraza al aire libre en el jardín para primavera y verano, con capacidad para 20 personas. Allí acogen eventos de todo tipo en pequeño formato –máximo 50 personas–, tanto de empresa como familiares. Es el caso de las bodas –de entre 35 y 50 personas–, que celebran con exclusividad, ya que cierran todo el hotel y restaurante para los novios y sus invitados. Acogen incluso la ceremonia civil y dotan al conjunto de un sello particular, como todo el proyecto de La Revelía, que en julio cumplirá tres años.

Mesa montada en la terraza. La Revelía