UBICADA en la comarca aragonesa de Somontano de Barbastro, bien conocida por sus ricos vinos, la villa oscense de Alquézar propone al visitante viajar hasta la Edad Media mientras se pasea por sus calles empedradas o se visita su colegiata. Al formar parte del Parque Natural de la Sierra y Cañones de Guara, presenta una naturaleza salvaje en la que sobresalen sus barrancos.

Declarada Conjunto Histórico-Artístico, Alquézar invita a retroceder en el tiempo a través de un relajante recorrido por sus estrechas calles empedradas y rincones emblemáticos. Sus viviendas se extienden a los pies de su castillo islámico, convertido en colegiata tras la reconquista cristiana, mientras el río Vero atraviesa su último cañón antes de abrirse al valle.

Alquézar, el tesoro oscense que nos traslada a la Edad Media

Dedicada a Santa María, su colegiata presenta un aspecto monumental y muestra las huellas que las diferentes corrientes artísticas han ido dejando en el transcurrir de los siglos. Tras la reconquista, esta fortaleza musulmana se reconvirtió en colegiata cristiana y, en los siglos posteriores, se fueron añadiendo elementos de diversos estilos artísticos.

Del siglo XI quedan algunos tramos de muralla, la torre albarrana, las ruinas de una torre cuadrangular y algún fragmento de la iglesia románica integrado en el magnífico claustro del siglo XIV. Destacan sus bellos capiteles historiados y las pinturas que decoran los muros del claustro, realizadas en el siglo XVI.

La visita debe proseguir por su Plaza Mayor o el Museo Etnológico Casa Fabián, ubicado en una típica casa del Somontano del siglo XVII. Y después de disfrutar de la panorámica de la villa desde el mirador Sonrisa del Viento, al estar situada en el parque natural de la Siera y Cañones de Guara, el espacio natural protegido de mayor extensión de Aragón, no debes irte sin visitar sus barrancos y disfrutar de los deportes de aventura que sirve su naturaleza salvaje.