Dudas sobre los planes de jubilación de Akihito
Un rumor sobre la abdicación del emperador abre un debate sobre la situación de la Casa Imperial nipona
Los rumores sobre la posible abdicación del emperador japonés Akihito (desmentida ayer por la Casa Imperial nipona) han puesto el foco sobre cuestiones clave para el futuro de la dinastía, como la ausencia de un descendiente varón del príncipe heredero Naruhito o la depresión crónica que afecta a su esposa y futura emperatriz, la princesa Masako.
Las informaciones sobre la posible renuncia de Akihito, de 82 años, cogieron por sorpresa al país asiático, donde ningún emperador ha abdicado en los últimos dos siglos aunque anteriormente sí fue una práctica frecuente entre los representantes de la dinastía reinante más antigua del mundo.
La primera consecuencia de una hipotética abdicación sería el acceso al trono de su hijo, el príncipe heredero Naruhito, de 56 años, aunque este supuesto no está recogido por las leyes que regulan la sucesión al Trono de Crisantemo, por lo que sería necesaria su revisión. El artículo 16 de la Ley de la Casa Imperial nipona solo contempla la sucesión en caso de muerte del emperador, aunque también permite que este ceda su poder de forma temporal a otro miembro de la familia imperial si el heredero es menor de edad o si el emperador queda incapacitado para desempeñar sus funciones.
Esta normativa fue adoptada en 1947 con la intención de evitar que Hirohito, padre del actual emperador, abdicara para asumir su responsabilidad en el papel de Japón antes y durante la Segunda Guerra Mundial, recordaba ayer el diario nipón Nikkei en un artículo titulado La Casa Imperial podría afrontar su mayor reforma en décadas.
La ‘princesa triste’ Otra cuestión llamativa es el papel de futura emperatriz que recaería sobre la esposa de Naruhito, la princesa Masako, quien desde 2003 ha reducido al mínimo sus apariciones públicas y compromisos oficiales debido a una depresión inducida por el estrés. Masako, de 52 años y conocida popularmente como La Princesa Triste, ha mejorado su condición en los últimos años y ha participado en varios actos oficiales e incluso viajado al extranjero, aunque está por ver si podría mantener ese perfil tan bajo como próxima emperatriz.
Asimismo, el hecho de que Naruhito y Masako no hayan tenido hijos varones hace que la línea sucesoria imperial japonesa recaiga en Hisahito, de 9 años, hijo del príncipe Akishino, segundo vástago del soberano nipón, y su esposa, la princesa Kiko. Este tema generó un amplio debate nacional e incluso una malograda propuesta legislativa para permitir el acceso de mujeres al Trono de Crisantemo, una discusión que podría reabrirse cuando Akihito ocupe el cargo de emperador, según señalan expertos y medios nipones.
No obstante, la Casa Imperial nipona afirmó que las filtraciones sobre la próxima renuncia de Akihito “no son ciertas”. La información salió a la luz en un momento marcado por la contundente victoria del partido del primer ministro nipón, Shinzo Abe, en las elecciones a la Cámara Alta del Parlamento nipón celebradas el domingo. Abe pretende aumentar las competencias nacionales en materia de Defensa mediante una modificación constitucional que amenaza al espíritu pacifista que caracteriza a Japón desde 1945 y que también contrasta con el discurso antibelicista que mantiene Akihito desde que accedió al trono.
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