Según Wikipedia, las señales de tráfico o señales de tránsito son “los signos usados en la vía pública para impartir la información necesaria a los usuarios que transitan por un camino o carretera, en especial los conductores de vehículos y peatones”.

Pues bien, teniendo en cuenta esa explicación, está claro que las personas que transitan por la carretera secundaria que enlaza Elgoibar con la localidad vizcaina de Etxebarria a través del puerto de San Miguel no están en condiciones de quejarse por la falta de información relativa a la vía por la que circulan o caminan.

Y es que, en apenas 11,3 kilómetros (los que separan el inicio de la GI-2636 en el cruce elgoibartarra de Txankakua con el cartel que anuncia la entrada a la localidad de Etxebarria) hay nada menos que 999 señales; una cantidad significativa que revela la existencia de una señal de tráfico cada 11,3 metros.

Curiosamente, de todas esas señales 693 (el 69,3%) se encuentran instaladas en los 6,2 kilómetros que conforman el tramo guipuzcoano de la carretera (el límite entre territorios está en las proximidades del alto del puerto de San Miguel); mientras que las 306 restantes (el 30,7%) se ubican en los 5,1 kilómetros que completan la parte vizcaina de la vía.

Trabajo de campo En Elgoibar son muchos los ciudadanos que desde hace años se habían percatado de la alta concentración de señales de tráfico existentes en el puerto que lleva hasta el alto y el barrio de Aiastia (San Miguel). Sin embargo, no fue hasta hace unas pocas semanas cuando alguien se animó a contarlas.

Esa ardua labor la llevó a cabo Juan Vilarchao, un vecino de la localidad que acostumbra a disfrutar de su tiempo libre saliendo a dar una vuelta con su bicicleta. Según cuenta a este diario, ”muchas veces, cuando los amigos salimos a dar un paseo con la bici subimos el puerto de San Miguel y en más de una ocasión hemos comentado el elevado número de señales que hay en esa carretera”.

Y llegó un día en que se animó a contarlas: “Salí solo y no sé si por aburrimiento o por qué, el caso es que empecé a contar las señales y me quedé asustado porque a pesar de que con la bici no subo el puerto muy rápido había momentos en los que no me daba tiempo a contar todas las que hay. ¡Calculo que habrá unas mil!”.

Tras conocer ese dato, este periódico se propuso realizar un recuento completando el recorrido en coche y con la inestimable ayuda de otro elgoibartarra, Iñaki Beristain.

El viaje realizado el pasado martes viene a confirmar lo anunciado por Vilarchao: en la carretera que une Elgoibar con Etxebarria hay 999 señales de la más diversa índole. Entre todas ellas se pueden encontrar las habituales que prohíben o permiten realizar adelantamientos, las que establecen límites de velocidad en determinados tramos, las que alertan de la presencia de animales... pero, sobre todo, las que indican la proximidad de curvas.

Curiosamente, en el tramo guipuzcoano del puerto de San Miguel hay 53 curvas y en el vizcaino 50. Así, el número de giros es similar a uno y otro lado del puerto. Sin embargo, la cifra de señales instaladas para avisar de los mismos es significativamente más alta en la parte guipuzcoana. Tanto es así que mientras en la zona vizcaina apenas hay unas pocas señales para indicar la presencia de una curva (por lo general, entre 4 y 6) en la guipuzcoana se pueden contabilizar hasta más de 20.

Inversión Aunque cabe suponer que al realizar un pedido importante de señales las empresas encargadas del suministro y la instalación de las mismas realizarán un precio especial, lo cierto es que la señalización de la red viaria no sale nada barata para las arcas públicas.

Según un reportaje publicado en la revista Tráfico y Seguridad Vial de la Dirección General de Tráfico, cada señal puede llegar a tener un coste “de entre 145 y 300 euros, dependiendo del tipo y el tamaño”.

Visto lo visto, a lo largo de la última década la Diputación de Gipuzkoa ha realizado una importante inversión para mejorar la señalítica que permite informar a los ciudadanos que transitan por el puerto de San Miguel.

Aunque le corresponde gestionar un tramo de carretera con una longitud y un número de curvas similar, la Diputación vizcaina ha invertido algo menos de la mitad que la guipuzcoana en la instalación de la señalítica.

Visto lo visto, la inversión para mejorar la seguridad del tráfico en el puerto de San Miguel también ha supuesto un buen negocio para las empresas proveedoras de las señales.