La influencer Lola Lolita, una de las creadoras de contenido más populares entre el público joven, ha desatado un nuevo debate en redes sociales. Durante su intervención en el popular pódcast 'La pija y la quinqui', la influencer confesó haber realizado reformas significativas en su piso de alquiler. “He cambiado la cocina, mi baño... Es que he cambiado hasta el suelo”, explicó con naturalidad, sin tener del todo claro si esas actuaciones estaban permitidas legalmente. Esta revelación ha provocado que muchos se pregunten: ¿se pueden hacer reformas en una vivienda alquilada?

La cuenta especializada 'Noticias Trabajo' recogió las declaraciones y, en un vídeo explicativo, abordó los aspectos legales que rodean esta práctica cada vez más común entre inquilinos que desean adaptar el espacio arrendado a sus necesidades o gustos.

Las declaraciones de Lola Lolita

En tono relajado y entre risas, Lola Lolita compartió en el pódcast detalles sobre las modificaciones que ha hecho en su vivienda de alquiler. “El tío que hizo la casa, ¿qué co... estaba pensando?”, comentó con cierta frustración, refiriéndose al diseño original de la vivienda. Lejos de limitarse a pequeños ajustes, explicó que cambió zonas clave como la cocina, el baño e incluso el suelo.

Las presentadoras del programa reaccionaron con sorpresa: “¿En una casa de alquiler? ¿Pero eso se puede hacer?”. A lo que la influencer respondió de forma sincera: “Pues no lo sé”. Esta respuesta, aparentemente inocente, fue suficiente para que surgieran reacciones en redes y entre expertos del sector inmobiliario.

¿Qué dice la ley sobre reformas en pisos de alquiler?

Según el artículo 23 de la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU), cualquier inquilino puede realizar obras en una vivienda alquilada, pero con condiciones muy claras. El texto establece que no se pueden ejecutar obras que modifiquen la configuración de la vivienda o afecten a la estabilidad y seguridad del edificio sin el consentimiento expreso y por escrito del propietario.

Esto implica que reformas como tirar tabiques, cambiar suelos, rehacer una cocina o un baño completo, o intervenir en instalaciones estructurales, requieren sí o sí el visto bueno del casero. En caso contrario, el arrendador podría solicitar que la vivienda se devuelva a su estado original incluso antes de que finalice el contrato de arrendamiento.

Contrato de alquiler. Freepik

¿Qué pasa si el propietario no está informado?

Aquí es donde el caso de Lola Lolita adquiere un matiz delicado. Si la influencer realizó esas obras sin consultar ni obtener autorización por escrito de su arrendador, podría encontrarse con varios escenarios al final del contrato:

  1. Obligación de restaurar: El propietario tiene derecho a exigir que se reviertan todas las reformas, es decir, que el piso se devuelva exactamente en el estado en que fue entregado.
  2. Aceptación sin compensación: En caso de que el dueño decida quedarse con las reformas, no está obligado a pagar nada al inquilino. Las obras se considerarían una mejora gratuita hecha por voluntad propia del arrendatario.

En ambos casos, el resultado puede ser desfavorable para quien ha invertido dinero y esfuerzo en una vivienda que, al fin y al cabo, no le pertenece.

El propietario tiene derecho a exigir que se reviertan todas las reformas, es decir, que el piso se devuelva exactamente en el estado en que fue entregado. Freepik

¿Es habitual hacer reformas en un piso alquilado?

Cada vez son más los inquilinos que, ante contratos de larga duración, optan por personalizar los espacios que habitan. No obstante, los expertos recomiendan actuar siempre con precaución.

La comunicación con el propietario es clave, así como dejar constancia escrita del acuerdo para evitar malentendidos futuros. Además, no todo tipo de reforma necesita permiso: pintar paredes o cambiar mobiliario no fijo son acciones aceptadas generalmente sin mayor problema.