SETENTA años después la célebre película Casablanca (1942) podría tener su secuela en el cine 70 años después de su estreno en Nueva York, una vez que Warner Bros contempla de nuevo la posibilidad de recuperar un texto escrito por Howard Koch, uno de los tres guionistas originales del filme. Según publicó ayer el diario New York Post, esta secuela, titulada Return to Casablanca (Regreso a Casablanca), fue escrita por Koch hace 30 años y en ella cuenta cómo Ilsa y Lazlo tratan de encontrar a Rick y a Renault, después de que marcharan a Brazzaville para unirse a las Fuerzas Francesas Libres. Según señala el rotativo, la productora de cine descartó inicialmente el proyecto hace dieciocho meses, pero ahora podría volver a interesarse por la secuela si encuentra al director adecuado, dada la insistencia de uno de los nietos de Warner Bros.

Desde que en 1942 la película, dirigida por Michael Curtiz, fue todo un éxito, se comenzó a hablar sobre la posibilidad de producir una secuela de una de las películas estadounidenses más valoradas de todos los tiempos y que consiguió un Oscar al mejor filme. De hecho se planeó la producción de una cinta titulada Brazzaville, por el nombre de la capital del Congo a la que Renault recomienda a Rick que huya en la escena final de la película, aunque finalmente nunca se rodó. También desde la televisión y la literatura se ha intentado continuar la historia de Casablanca, con series de televisión o novelas como As time goes by, aunque ninguna de ellas con el éxito que obtuvo la película.

Dentro de unos días se cumplirá el setenta aniversario del estreno en la gran pantalla de Casablanca, que el día de Acción de Gracias de 1942 tuvo su estreno mundial en el antiguo Teatro Warner Hollywood, donde ahora se encuentra la iglesia Times Square, ya que no debemos olvidar que Casablanca se basa en la obra teatral Todos vienen al café de Rick, de Murray Burnett y Joan Alison, que nunca fue puesta en escena. Cuando el especialista en análisis literario de la Warner Brothers, Stephen Karnot, leyó la obra, la calificó como una "tontería sofisticada", aunque paradójicamente le dio el visto bueno. Enseguida la editora encargada de los guiones, Irene Diamond, convenció al productor Hal B. Wallis para que comprara los derechos por 20.000 dólares estadounidenses de la época, el precio más alto jamás pagado por una obra teatral que no hubiese sido puesta en escena. El proyecto de cine rebautizó la obra como Casablanca, quizás intentando imitar el éxito de la película de 1938 Argel. Así pues, el rodaje comenzó el 25 de mayo de 1942 y finalizó el 3 de agosto del mismo año alcanzando un coste de producción de 1.039.000 dólares (75.000 por encima del presupuesto). El costo no fue excepcionalmente alto, pero sí superior al promedio de su tiempo. La película se rodó completamente en estudios, excepto una secuencia en la que se muestra la llegada del mayor Strasser, que se realizó en el aeropuerto Van Nuys. La escenografía de la calle que fue usada para las escenas del exterior había sido recientemente construida para otro filme, The Desert Song, y tuvo que ser redecorada para los flashbacks de París. Ahora solo hace falta buscar a una nueva Ingrid Berman y a otro Humphrey Bogart,