Habrá quien se limite a recrearse en su musculado cuerpo y quien, más que sus abdominales, admire por qué los ha dejado al descubierto. El presentador Jesús Vázquez se convirtió ayer, coincidiendo con el Día del Orgullo Gay, en el primer hombre que posa desnudo en la portada de Interviú. Y lo hace por una buena causa, ya que donará el dinero del reportaje "íntegramente" a la Agencia de la ONU para los Refugiados, Acnur, con la que lleva colaborando tres años.
El desnudo protagonizado por uno de los rostros más populares de Telecinco tiene mucha tela que cortar. Primero, por su fin altruista. "Vi un camino de conseguir mucho dinero para Acnur y los refugiados", admite en la revista el propio Vázquez, quien dejó caer en un programa de televisión el coste de su desnudo integral. "Yo enseño el trabuco si me pagan un hospital", retó.
Solidaridad aparte, el presentador ha querido asimismo romper moldes con su irrupción en una portada monopolizada por mujeres en cueros desde hace 34 años. "También he tenido ganas de hacer un acto de libertad, de ser el primer chico en posar desnudo en Interviú", explica en la citada publicación, que coincidió con la celebración, ayer, del Día del Orgullo Gay. "Hay gente que después de ponerse el disfraz en la fiesta del Orgullo vuelve al armario y esa es una situación muy dura", lamenta Vázquez, para quien "la igualdad está muy lejos de ser real, sobre todo fuera de las grandes ciudades. Nos encontramos con mucha homofobia y mucho desprecio a las minorías", denuncia en la revista.
insultos, chistes y ocultamiento También la Asociación de gays, lesbianas, bisexuales y transexuales de Euskadi-Hegoak incidió ayer en que persiste el rechazo social hacia estos colectivos, pese a la aprobación de leyes en el País Vasco y en España que "acaban con la discriminación legal". "No es suficiente conseguir buenas leyes, hace falta, además, acabar con la discriminación social en forma de desprecio, de insultos, de chistes o de ocultamiento forzoso", reivindicó la asociación ayer en un comunicado, en el que recordó que en ochenta países todavía están penalizadas las relaciones homosexuales, por lo que "las pequeñas o grandes conquistas" en el propio entorno "no nos pueden engañar ni impedir ver lo que falta en el resto del mundo".
Por suerte para este colectivo, siempre hay abanderados de la causa, como la primera ministra islandesa, Johanna Sigurdardottir, que se acaba de casar con su novia convirtiéndose así en la primera beneficiaria de la ley de matrimonio homosexual recién aprobada por este país. Y lo que es más importante, en la primera jefe de Estado abiertamente homosexual casada.