La brecha entre el PNV y EH Bildu crece. El choque de modelos se hace más evidente tras un primer año de legislatura vasca de tanteo. Los primeros compases del verano y las fiestas populares han servido de detonante, tras la decisión de EH Bildu de no respaldar a la Ertzaintza cuando ha denunciado haber sufrido ataques en Beasain y Azpeitia, y tras las pintadas amenazantes contra el consejero Bingen Zupiria en Hernani, que solo fueron criticadas abiertamente por el alcalde de la izquierda abertzale cuando se produjeron, pero donde el PNV echa el falta un reproche al máximo nivel. El PNV lleva días pidiendo a EH Bildu que ponga de su parte para frenar esta deriva y que no se repitan los incidentes. Sin éxito, hasta el punto de que han aparecido nuevas pintadas contra el alcalde de Bilbao, el jeltzale Juan Mari Aburto. Esta secuencia de acontecimientos ha llevado al presidente del EBB, Aitor Esteban, a desenmascarar a EH Bildu como la izquierda abertzale "integrista" de siempre, tras décadas de hostigamiento de determinados sectores a la Policía vasca. Y, a partir de ahí, se ha preguntado cómo es posible que pida alcanzar acuerdos de país cuando ni siquiera respeta las "instituciones" de Euskadi, como la propia Ertzaintza. A esa actitud ha contrapuesto la trayectoria del PNV y su papel en la construcción de Euskadi. EH Bildu cree que esto obedece a una estrategia para contraponer orden y desorden. El PNV habla de construcción y destrucción.
"Desgraciadamente, la provocación en la calle continuará. GKS ya vuelve a hablar de txakurras y de atar a los perros, vieja jerga del mundo de la izquierda radical vasca. Frente a esta deshumanización, silencio de Bildu. Al parecer, la Ertzaintza no es democrática. Bildu actúa como los integristas que han sido siempre. Su entorno y nadie más. Ahí radica la principal diferencia entre ellos y nosotros. No hay más que mirar el recorrido y la historia de unos y otros. Mientras unos hemos construido y reconstruido, otros desprecian el país que tenemos. El PNV construye; EH Bildu señala. Luego piden acuerdos de país. ¿Acuerdos de país, del mismo que atacáis? No se puede construir futuro atacando lo que garantiza el presente. ¿De qué país habláis si despreciáis el que ya existe? Nosotros, adelante. Tenemos que continuar en el camino de la construcción nacional. Quien no respeta a nuestras instituciones no puede hablar del país", avisó Esteban.
Esteban lanzó este mensaje durante el aniversario de la fundación del PNV, que se suele celebrar el 31 de julio pero que este año se ha adelantado a este lunes 28 para que el presidente del EBB pueda participar en la fiesta de la diáspora vasca de Estados Unidos, el Jaialdi de Boise, al que también asiste el lehendakari Pradales. El partido jeltzale ha conmemorado sus 130 años de historia con una ofrenda floral ante la estatua de Sabino Arana, en Jardines de Albia, en Bilbao, en un día lluvioso que finalmente escampó lo suficiente para que se acercara una multitud de simpatizantes. Entre ellos estaba el expresidente del EBB, Andoni Ortuzar, quien está cumpliendo su promesa de ser un militante de base más. El acto arrancó tras el tradicional aurresku de honor. Este es el primer aniversario que protagoniza Esteban como presidente de la Ejecutiva nacional del PNV, y llega en un momento de cambios dentro del partido para dar proyección a nuevos perfiles y superar el desgaste que experimentó en el último ciclo electoral tras la pandemia del coronavirus. En cualquier caso, sigue liderando las principales instituciones vascas a pesar del empate a 27 escaños con EH Bildu en el Parlamento Vasco, el nuevo EBB se ha propuesto dar mayor protagonismo a Nafarroa e Iparralde para profundizar en su implantación en estos territorios, y sus cinco escaños siguen siendo decisivos para el Gobierno español de Pedro Sánchez.
Migración, Estado... y De Andrés, "el chulapo de Chamberí"
Esteban realizó un repaso amplio de la actualidad y marcó el perfil propio del PNV en materia migratoria en un momento en que este reto se utiliza de manera incendiaria por parte de la ultraderecha en el Estado español, pero también tras los malentendidos o acusaciones al PNV y al lehendakari Pradales en suelo vasco. En este contexto y con los incidentes de la localidad murciana de Torre Pacheco en la mente de todos aunque no se citaran expresamente, Esteban rechazó la criminalización de los migrantes. Y presentó nuevamente al PNV como un nacionalismo abierto. Pero, en sintonía con la intención de los jeltzales de hincar el diente a un debate que preocupa, apostó por la integración a través del trabajo.
"Ya solo hay nuevas generaciones de vascos cuyo futuro está unido al de este pueblo", aclaró, para insistir, como ya hizo durante la celebración del Aberri Eguna, en que los migrantes "amplían la base social de un nacionalismo más flexible, más heterodoxo si se quiere, pero más extenso". "Ya no hay reductos ni cinturones rojos. Nuestra fortaleza como pueblo está en nuestra capacidad de sumar, no de señalar. Euskadi es de quienes la construyen, la respetan y la eligen como su hogar, sin importar su origen. La inmigración, quiero dejarlo claro, no es un problema en sí, sino la consecuencia de muchos problemas que la provocan", explicó. Por ello, añadió que el PNV rechaza la política de criminalización de los migrantes, pero puntualizó también que "la integración se da básicamente a través del trabajo y de la voluntad de los llegados de saber que están en una sociedad diferente, que les acoge, pero que no quiere guetos".
Esteban se refirió también al euskera para lanzar un mensaje tanto al PP como a EH Bildu, sin citarlos: a unos, por “demonizar” la lengua vasca, y a otros, por “utilizarla en su estrategia política”, en un momento en que se trata de blindar el euskera ante las sentencias restrictivas y se trata también de impulsar su uso en Europa. “No a la utilización política del euskera”, zanjó. Denunció por otro lado la "brutalidad" de Israel contra Gaza, que se asesine a la gente en las colas del hambre sin que la comunidad internacional reaccione. Avisó a Israel de que el atentado terrorista que sufrió y que desencadenó esta ofensiva "no justifica" lo que está haciendo.
Y, a partir de ahí, se refirió a la situación en el Estado español para marcar perfil frente a las acusaciones de corrupción que salpican al PSOE y al PP. No se casó con ninguno y a ambos les reprochó que los casos que los afectan son preocupantes y hace falta arrojar más luz. Hasta ahí pudo leer y apostó por la prudencia para no lanzar acusaciones en casos que aún se están investigando, y para no entrar en la política del ruido y el barro que le achacó al presidente del PP de la CAV, Javier de Andrés, al que vio como "un chulapo tan de Chamberí" como la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, por tratar de mezclar al PNV con los casos que sacuden a los socialistas.
Sobre el PSOE, dijo que "el caso Koldo es grave, muy grave", "un caso de corruptelas y comisiones desde un Ministerio a la espera de ver si tiene ramificaciones en Navarra; estaremos atentos". Sobre el PP, dijo que el caso del exministro Cristóbal Montoro "no le va a la zaga, porque de probarse, se habría organizado sistemáticamente todo un Ministerio para beneficiar a unos pocos con idéntico fin espurio, con el añadido de que en este caso se procedía a modificar la legislación a gusto del cliente", en alusión a determinadas empresas gasísticas. “Tremendo. Esa es la situación de ambos partidos”, resumió. En general, el PNV avisó de que estas actuaciones hacen que crezca el hartazgo de la ciudadanía. Esta situación la contrapuso a la política vasca, a pesar de los intentos de Javier de Andrés de arremeter contra el PNV una y otra vez “sin ninguna razón ni argumento”. Esteban culminó con una apuesta por la construcción nacional, por reforzar a todas las instituciones vascas, y añadió que a todos los vascos les une su pertenencia a Euskadi, ya sean “letrados o pueblo llano”, mujeres u hombres, y mayores o jóvenes. Volvió a apostar por que Euskadi encuentre al fin su reconocimiento y acomodo entre los pueblos del mundo.