Tras ocho meses de investigación, el juez Ángel Hurtado ha decidido esta semana procesar al fiscal general, Álvaro García Ortiz, por su presunta implicación en el caso de revelación de secretos contra Alberto González Amador, el novio de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. El magistrado, sin aportar evidencias concretas, sugiere que la filtración obedeció “a indicaciones de Presidencia del Gobierno”.

A lo largo de su trayectoria, Ángel Hurtado ha demostrado una inclinación constante hacia posturas conservadoras, respaldando decisiones que en varios momentos favorecieron al Partido Popular.

Trama Gürtel

Hurtado fue uno de los pocos jueces, entonces ejercía en la Audiencia Nacional, que apoyó mantener en el caso a los jueces Enrique López y Concepción Espejel en el marco de la trama Gürtel en el año 2015, en el punto de mira por su notoria proximidad al PP. López formaba parte de la fundación FAES de José María Aznar y fue consejero de Justicia en Madrid durante el primer gobierno de Ayuso, mientras que Espejel había sido condecorada por María Dolores Cospedal y era conocida entre los vínculos conservadores como "querida Concha". Hurtado alegó que la crítica mediática no justificaba apartarlos y defendía que ambos actuaban de forma imparcial.

En el año 2017, Hurtado quiso proteger a Mariano Rajoy durante el juicio. Intentó evitar que el entonces presidente del Gobierno español fuese llamado a declarar como testigo, fue el único juez en votar en contra. Del mismo modo, se mostró favorable a que este declarara por videoconferencia, en un intento de evitar un "impacto mediático" y advirtió del peligro político de trasladar su comparecencia a ámbitos fuera del judicial.

Durante el juicio, como presidente del tribunal, Hurtado fue el encargado de interceder e interrumpir la declaración de Rajoy cuando, bajo su punto de vista, las preguntas excediesen las posibilidades de la visita del presidente como testigo.

Como miembro del tribunal de la trama de corrupción, en 2018 rechazó la condena al PP como partícipe a título lucrativo, argumentando que no hubo evidencias de su implicación deliberada. Para él, se trataba de una acusación excesiva que buscaba “colocar al Partido Popular en una dinámica de corrupción institucional”.

Hurtado también fue clave en evitar que la mujer de Bárcenas ingresara en prisión tras su primera condena en la Audiencia Nacional, un asunto que preocupaba mucho precisamente al PP. Además, después facilitó su salida de la cárcel, en 2018.

Ascenso al Supremo con el CGPJ caducado

Ángel Hurtado fue nombrado en 2020 magistrado de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo a pesar de que el mandato del CGPJ, de mayoría conservadora y elegido durante la mayoría absoluta de Rajoy en 2013, estuviera caducado hacía dos años. Obtuvo el apoyo de 19 votos, incluido el bloque conservador y varios vocales progresistas y minoritarios.

Pese a condenas significativas a grupos nazi, a miembros del caso Serrallo o al empresario Victorino Alonso, ha mantenido un perfil bajo tras su llegada al Supremo, hasta ahora que ha sido el instructor del proceso contra el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz

Este 9 de junio Hurtado ha ordenado procesar a García Ortiz y a la fiscal provincial de Madrid, Pilar Rodríguez, por presunta revelación de secretos relacionada con un correo sobre fraude fiscal del novio de Ayuso. En el auto, el juez sugiere que la filtración obedeció “a indicaciones de Presidencia del Gobierno”, aunque no aporta evidencia concreta.

El magistrado ha ordenado una muy rigurosa investigación al fiscal genera. Hurtado ha rechazado diligencias claves, incluso ha llegado a acusar a García Ortiz de eliminar pruebas y ha ordenado numerosos registros y comisiones rogatorias, pese a que la Fiscalía considera estas actuaciones "extralimitadas".