En vísperas de la investidura del socialista Salvador Illa como president de la Generalitat de Catalunya, el todavía jefe del Ejecutivo catalán, Pere Aragonès, empezó ayer a despedirse del cargo en la que fue su última comparecencia pública antes del cambio de Govern. Y lo hizo presumiendo de sus logros, entre los que incluyó el acuerdo de un concierto económico para Catalunya, cerrado entre ERC y el PSC, que asume íntegramente su propuesta de financiación singular y soberanía fiscal.

El president en funciones de la Generalitat aseguró que “será el tiempo el que dirá si se ha producido un cambio de época” en la política catalana tras la previsible investidura del socialista Salvador Illa como president del Govern. Tras poner en valor la obra de su ejecutivo, señaló que “el Govern que entrará tras la investidura encontrará una Catalunya mejor que como nos lo encontramos en 2021”.

En este sentido, tiró de algunos ejemplos de la mejora operada durante su mandato y dijo que se ha superado la pandemia, la tasa de paro catalana es la más baja de 2008, el presupuesto público es un 30% mayor y, además, subrayó que tienen “encarrilados acuerdos extraordinariamente importantes” con el Estado que se deberán implementar, en referencia al pacto entre PSC y ERC para investir a Illa previsiblemente en el pleno de mañana en el Parlament.

En relación al concierto económico catalán pactado con los socialistas a cambio de la investidura, Aragonès defendió que el acuerdo para que la Generalitat recaude y gestione todos los impuestos que se generan en Catalunya “será el salto adelante más importante en la soberanía de Catalunya” desde la recuperación del autogobierno tras el franquismo y desde que se reinstauró la Generalitat.

Abundando en esta cuestión, dijo que el acuerdo sobre financiación singular ha sido “asumido por el Gobierno” y añadió establece los pasos para poder implantarlo, aunque admitió que se deberán vencer obstáculos para lograrlo.

Aragonés destacó que abandonará la Generalitat “mejor y con más herramientas” de las que tenía en 2021, y reivindicó las medidas fruto del diálogo con el Gobierno español, como los indultos, la amnistía y los avances en soberanía. “Ha sido el mayor honor de mi vida”, aseguró el president en funciones desde la Galería Gótica del Palau de la Generalitat, acompañado por todos sus consellers y tras presidir la reunión semanal del Consell Executiu.

Asimismo destacó cómo durante esta legislatura “se ha profundizado más que nunca en la negociación y el diálogo para abordar el conflicto político”, con medidas como los indultos, la derogación del delito de sedición o la aprobación de la Ley de Amnistía.

Un “diálogo” con el Estado que también ha resultado en avances “tangibles y concretos” en materias como la lengua catalana, en el inicio de un traspaso de Rodalies que se debe completar en los próximos años, en el traspaso de la gestión del Ingreso Mínimo Vital (IMV) o en acuerdos sobre financiación para investigación científica.

El jefe del Ejecutivo catalán también señaló que “solo el tiempo dirá” si el hecho de que Catalunya vuelva a contar con un Govern socialista, tras tener presidentes independentistas desde 2011, representa o no “un cambio de época” y no solo de legislatura.