Eneko Andueza pidió ayer domingo a Pello Otxandiano, candidato de EH Bildu a la Lehendakaritza, para quien ETA fue “un ciclo político”, que aclare si cuando la banda asesinó a tiros al edil socialista Isaías Carrasco hace 15 años, estaba “en un silencio cobarde o en un silencio cómplice”. En el acto de homenaje al concejal, el líder del PSE se dirigió a la actual alcaldesa de Arrasate, Maider Morras, de la coalición abertzale, para agradecerle el gesto de su presencia pero recordándole que Bildu tiene pendiente condenar la trayectoria de ETA y decir que “aquello no solo estuvo mal”, sino que no estuvieron “a la altura”. Es necesario que la firmeza democrática y de los discursos “también se haga presente para no “banalizar algo tan cruel y tan duro como es el terrorismo”, sostuvo Andueza, que tiró de memoria. “Yo aquella mañana del 7 de marzo estaba aquí y viví aquello que algunos denominan un ciclo político. Lo vi desde aquella punta de la calle, con Rafaela Romero y con Paco García Raya. Vi el terror de una persona a la que se le iba la vida, cosida a tiros aquí mismo, acompañada por su esposa y por su hija que intentaban aferrarle a la vida mientras él decía que no con la cabeza porque sabía que la vida se le iba por aquellos cinco terribles agujeros”, relató.

“Eso es terrorismo; un terrorismo que nos atenazó, que acobardó a parte incluso de la sociedad vasca que no tuvo el suficiente valor de mirar a la cara el terrorismo y de salir a combatirlo. Eso no es un ciclo político, eso es una vergüenza que a algunos les va a perseguir durante toda su vida”, añadió el líder de los socialistas vascos en alusión a Otxandiano. “Esa misma persona nos ha dicho que su generación no tiene ninguna responsabilidad sobre aquello, porque ellos pertenecen a una generación muy diferente. Yo soy de su misma generación. Yo estaba en aquella punta de la calle. ¿Dónde estaba él? Porque no estuvieron con nosotros. Si no estuvieron con nosotros y, según él, tampoco estaban con los que auspiciaban aquel terrorismo. ¿Dónde estaban? ¿En un silencio cobarde o en un silencio cómplice?”, preguntó. A su juicio, la izquierda abertzale “no puede esconderse, no debe esconderse, porque tiene una deuda con la sociedad vasca. Esa deuda les va a perseguir mientras no la salden y ya ha pasado demasiado tiempo”.

En este sentido, se dirigió a la alcaldesa de Arrasate para decirle que estaba perdiendo la ocasión de condenar todo aquello. “Los gestos no son fotos para limpiar la conciencia de uno mismo. Tienen que ser gestos sinceros que demuestran de verdad que os arrepentís de todo aquello y que todo aquello supuso un terrible dolor que es absolutamente insuperable”. Isaías Carrasco, que tenía 42 años y trabajaba como cobrador en el peaje de Bergara, fue tiroteado en las proximidades de su domicilio dos días antes de la celebración de elecciones generales de 2008.