Pere Aragonès quiere agotar la legislatura y para sostener su propósito se ha decantado por reforzar el núcleo duro de su equipo de gobierno aupando a la actual consellera de Presidencia, Laura Vilagrà, al cargo de vicepresidenta, además de nombrar al que era su jefe de gabinete, Sergi Sabrià, nuevo viceconseller de Estrategia. Este paso llega días después de que el líder de ERC fuera designado por el Consejo Nacional de la formación republicana como candidato a las próximas elecciones autonómicas, previstas para febrero de 2025 ya que el Jefe del Govern no contempla un adelanto electoral. En verdad, Vilagrà ya actuaba de facto como número dos del Ejecutivo pero Aragonès niega que se trate de un cambio “cosmético” sino que busca sedimentar un escenario donde afronta retos como la emergencia por sequía, el impulso del catalán, el traspaso de Rodalies o la negociación con el Estado español para la amnistía, además de avanzar hacia un referéndum acordado y una financiación singular. De hecho, su decisión empodera a Vilagrà de cara a las próximas negociaciones con Madrid y, en concreto, con el ministro de Presidencia, Félix Bolaños. “Es más fácil hacerlo desde un vicepresidencia que no desde una conselleria”, justificó el jefe del Ejecutivo catalán. 

“Los que desean sembrar dudas, por puro beneficio electoral particular, que abandonen toda esperanza, porque este Govern culminará la legislatura. Las decisiones de hoy desmienten los deseos de la oposición”, ha pronunciado Aragonès, convencido de aprobar los Presupuestos de 2024 “lo antes posible”, aunque sin poner plazos. “Ha llegado el momento de fortalecer, reconocer y dar máxima proyección a la vicepresidenta Vilagrà para que la voz de Catalunya sea defendida con toda la fuerza ante el Gobierno del Estado”, ha aseverado el president hacia la que es su persona de máxima confianza en el Palau. “Para la vicepresidenta Vilagrà solo tengo palabras de agradecimiento y elogio, por todas las labores realizadas en todos los aspectos fundamentales. Ha jugado un rol político de primer orden en cada una de las negociaciones más relevantes que ha ejercido el Govern”, ha argumentado.

Reforzar la imagen

Los cambios no suponen una reestructuración y se enmarcan más en una estrategia de ERC para reforzar su imagen, para emprender con nuevos aires la carrera hacia los comicios al Parlament y para fortalecerse en el último año de legislatura. No en vano, tanto en clave interna como entre sus simpatizantes empezó a cundir la preocupación por el descenso registrado en las últimas citas electorales al entender que no se estaban sabiendo transmitir los logros del Ejecutivo de Aragonès, mientras que Junts apunta al alza. Con la ley de amnistía más cerca de poder ser efectiva pese a los recursos judiciales que se puedan presentar, Aragonès pretende “iniciar la segunda fase del proceso de negociación con el Estado para hablar del conflicto de soberanía existente”. En la reunión del pasado 21 de diciembre en el Palau de la Generalitat con Pedro Sánchez, ambos presidentes pactaron que la mesa de diálogo entre los dos gobiernos se reanudaría en el primer trimestre de 2024.

El president también otorga más galones a Sergi Sabrià, destacado dirigente de ERC –fue líder de la bancada en el Parlament entre 2018 y 2021– y que ha estado estos tres últimos años al frente de la sala de máquinas de la Presidencia. Manteniendo sus funciones actuales, Sabrià gana ahora de nuevo peso y protagonismo político, al ser designado viceconseller de Estrategia y Comunicación, un cargo poco habitual con rango de comisionado, pero que puede participar en las reuniones del Consejo Ejecutivo del Govern a petición del president.