Lunes y martes. Sin dilación alguna, y toda vez que recibió la visita de la presidenta del Congreso de los Diputados Francina Armengol, que vino ayer a oficializar algo que era consabido –que el aspirante Alberto Núñez Feijóo se iba a chocar contra una barrera insalvable para su elección como presidente–, el monarca Felipe VI activó la maquinaria. Certificó que, pasado el tiempo de Feijóo, se abre la ventana de la oportunidad para Sánchez. Primero, eso sí, con una ronda de consultas con los partidos políticos. Será un camino tortuoso para el candidato socialista, en todo caso, ya que deberá transitar a contrarreloj y salvando enormes dificultades para mantener el poder en la Moncloa, como es el caso de la aplicación de una amnistía y la consiguiente convocatoria de un referéndum que le reclaman los partidos soberanistas catalanes, ERC y Junts., como línea roja.

La empresa se antoja complicada. Y habrá que ir paso a paso: el primero, la ronda de contactos en la previsiblemente, pasarán este lunes por el despacho del rey UPN, Coalición Canaria y PNV, además de Sumar. Ya para el martes quedarían Vox, Sánchez (PSOE) y Núñez Feijóo (PP). Tal y como lo hicieran hace poco, todo indica que BNG, EH Bildu, ERC y Junts per Catalunya rehusarán mantener el encuentra con el monarca. Sea como fuere, lo cierto es que Sánchez tendrá un tiempo límite. Tendría hasta el 27 de noviembre –dos meses después de la primera votación de investidura fallida de Feijóo– para tratar de que prospere su reelección y en caso de fracasar, se repetirían las elecciones generales.

Será la décima ronda de consultas convocada por Felipe VI en sus nueve años de reinado, las mismas que llevó a cabo su padre, Juan Carlos I, en los casi 39 años que estuvo en el trono. Ello es indicativo de la espiral en la que se ha internado la política estatal. Hay una cuestión que, además, influencia enormemente el tablero político en estas negociaciones exprés, que no es otro que la petición de amnistía y la vuelta a organizar un referéndum de autodeterminación que las formaciones catalanas ERC y JxCat han introducido como requisito sine qua non para brindar su apoyo.

Pedro Sánchez, que ha librado numerosas batallas, tanto internas como externas, y aún así ha logrado salir victorioso de ellas, se encamina hacia una encrucijada de difícil resolución. El debate de política general en Catalunya solo ha supuesto que los movimientos soberanistas catalanes aprietan aún más las clavijas al aspirante socialista. No en vano, ERC y Junts –antaño socios de Govern, ahora habitualmente enfrentados– unieron fuerzas para sacar adelante una propuesta de resolución en el que advirtieron que el apoyo de sus 14 representantes en total –siete neoconvergemtes, siete republicanos– no está asegurado y pende de un hilo. Condicionaron su apoyo a la investir de un presidente del Gobierno “que se comprometa a trabajar para hacer efectivas las condiciones para la celebración del referéndum”. Si no es así, habrá repetición electoral.

Más de lo mismo

Que la política española está enormemente polarizada es un hecho palpable y que ayer su pudo ver en toda su extensión. No hubo lugar a la sorpresa y el candidato Feijóo repitió su derrota de 48 horas antes. El popular volvió a aferrarse “a su palabra y sus principios” y pareció ni siquiera intentar arañar algún voto más –Vox, Coalición Canaria y UPN le dieron el sí–, pero no lo logró. Y advirtió de que, si su alternativa no fructificara –que no lo hizo–, “solo quedan ya dos salidas que no serán honrosas: el Gobierno de la mentira o una repetición electoral”. Como embutiéndose el traje de jefe de una futura oposición, Feijóo alertó de que “o han mentido los partidos independentistas de esta Cámara o ha mentido el PSOE”, manifestó, para seguidamente lanzarle dos cuestiones directas a Sánchez. “Amnistía, ¿sí o no? Yo digo no. ¿Usted?”, además de preguntarle si habrá referéndum en Catalunya, una cuestión que él desdeña. “Yo no quiero ser presidente del Gobierno a costa de la dignidad de mi país y de la igualdad de los españoles. Ahora toca conocer si usted quiere ser presidente del Gobierno a costa de la dignidad y de la igualdad de los españoles”, afirmó en tono de reproche hacia el PSOE.

Sánchez repitió la estrategia que tan buen resultado le había dado dos días antes y envió al exalcalde de Valladolid Óscar Puente al envite dialéctico con Feijóo. Y Puente atizó al popular al ahondar en la idea de que “usa” al rey, al Parlamento y al Gobierno para ir a una investidura con el objetivo de “coronarse como líder de la oposición” y para “reforzarse ante los suyos”. Todos ellos “tenían que ponerse a su servicio para que alcanzase su objetivo personal”, abrevió. “Un hombre de Estado no pisotea los símbolos del Estado”, sino que apuesta por organizar un congreso o unas primarias para “fortalecer su liderazgo interno” y que sean los militantes del PP los que puedan decidir entre él “Ayuso, Aznar o quien sea”. “Feijóo, se acabó lo que se daba, el final del verano azul llegó y usted partirá“, apuntó.

Voces de Euskadi

En los escasos cinco minutos de los que dispusieron, tanto PNV como EH Bildu volvieron a dar la negativa a Feijóo, como era de esperar. Los jeltzales constataron el “abismo” que separa a su partido y PP “y votaremos contra su candidatura con más razones aún que el miércoles”. El portavoz Aitor Esteban también remarcó que el duro tono empleado para con el PNV en la sesión anterior había hecho mella. “Deje de preocuparse por el PNV, y no nos dé lecciones acerca de lo que necesita Euskadi. Porque lo que desde luego no necesita son discursos como el suyo y compañeros de viaje como la ultraderecha”. Y es que a juicio de Esteban, que los populares tuvieran como compañeros de viaje a los 33 miembros de Vox supuso demasiado lastre para acercarse siquiera al PP. “Su principal y casi único compañero de viaje es Vox, un partido de ultraderecha que quiere acabar con las autonomías, con partidos como el mío, y que no cree en el cambio climático y niega la violencia machista”. Ante esa tesitura, resultaba imposible tejer una alianza, pero es que Feijóo tampoco “quiere tender puentes con nadie” y no ha dejado “ni un margen al acuerdo”.

Por su parte, Oskar Matute (EH Bildu) tiró de argumento parecido al asegurar que “nos da igual PP y Vox o Vox y PP, el orden de los factores no altera el fascismo”, sostuvo durante su intervención, en la que incidió en que la coalición soberanista no apoyará “jamás” al “delfín” de Manuel Fraga, un Fraga que “trató de ensuciar el nombre de Julián Grimau, amedrentó a la familia de Enrique Ruano”, “no respondió a su responsabilidad directa en los crímenes” del 3 de marzo de 1976 en Vitoria o “encabezó“ un manifiesto pidiendo la liberación del “lugarteniente de Hitler” Rudolf Hess. “No han querido poner un cordón sanitario a la ultraderecha y hoy –por ayer– el Congreso les va a poner un cordón sanitario a ustedes. Solo pretenden abolir derechos”, concluyó Matute.

INVESTIDURA

Díaz apela a la “serenidad”

  • “No hacer más ruido”. La líder de Sumar, Yolanda Díaz, se mostró segura de que habrá Gobierno progresista para la siguiente legislatura pero instó a negociar a todas las formaciones que componen el bloque plurinacional con “discreción, prudencia y responsabilidad”. “No hagamos más ruido, ya hay bastante en la sociedad española”, manifestó. “Lo vamos a conseguir, va a haber gobierno de coalición progresista”, aseveró Díaz.
  • “Quédese con su rabia”. Por su parte la portavoz de Sumar, Marta Lois, acusó ayer a Feijóo de haber acudido al Congreso de los diputados “a mentir a España” y de no ser un hombre de Estado, insistiendo en que no tenía los votos para poder llegar a gobernar porque “está atado de pies y manos a la ultraderecha” de Vox. “Quédese con su rabia, incluso con su superioridad moral, le deseo toda la suerte en la oposición”, le espetó Lois al aspirante del PP.