Vox tiende la mano al PP en unas negociaciones “sensatas”, “definidas” y sin “exigencias previas” con el objetivo de “sacar al socialismo del poder”. Así discurre la resaca electoral en Extremadura, y así ocurrirá también en el resto de comunidades en las que la derecha pueda sumar, en función de los resultados obtenidos. El vicepresidente de Acción Política de Vox, Jorge Buxadé, explicó que su partido cree que formar parte de los gobiernos es la mejor forma de “controlar” el “cambio de políticas” que exigen al PP, aunque admitió que las negociaciones serán distintas en cada territorio en función de la fuerza que les han otorgado los ciudadanos. “Tenemos la experiencia, por desgracia, de que cuando no hemos estado en el gobierno y hemos cerrado pactos de investidura o pactos anuales de presupuestos no hemos tenido la capacidad de exigirlo” y, como resultado, “el PP no hizo aquello que se había firmado en nuestros pactos”, recordó evocando el caso de Castilla y León. Sin embargo, Vox está en una fase de “mano tendida” y no quiere poner “líneas rojas” a la negociación.

“Serán distintas en función del respectivo porcentaje, de la fuerza de los partidos o de las necesidades locales de cada una de las regiones, con toda seguridad no será lo mismo Murcia que Valencia o que Baleares”, explicó. En Murcia y Baleares solo es necesaria la abstención de Vox para que el PP pueda gobernar, mientras que en la Comunidad Valenciana es imprescindible su voto a favor, al igual que ocurre en Extremadura y Aragón.

Se desmarcan de Olona

Respecto a la nueva formación que registraba la exdirigente de Vox Macarena Olona a tan solo dos meses de las elecciones generales, para Buxadé no hay que “cambiar el foco de lo importante”, que para ellos eso es “cambiar las políticas regionales y municipales”, aunque precisó que “cualquier español es libre de constituir un partido político”. Sobre su excompañera, también pasó de puntillas Santiago Abascal o el portavoz de Vox en el Congreso, quien dijo desearle “lo mejor”, y en todo caso afirmó que no cree que vaya a restar votos a Vox.

Por su parte, Abascal no entró al trapo y aseguró días y semanas de “presiones, manipulación y trampas”, pero avisó de que esa estrategia “con Vox no funciona” y el partido seguirá “como siempre”, con “la mano tendida” para construir una alternativa pero “sin aceptar ni proponer chantajes” y “mano firme” para representar a sus electores. El líder de Vox añadió que no harán de “coche escoba” del PP ni darán sus votos “gratis”, aunque el tono no es tan firme como el empleado las pasadas semanas.