Yolanda Díaz tiró ayer de ironía sobre la posibilidad de presentarse como candidata a las próximas elecciones generales de este año asegurando que tendrá que mantener una “conversación íntima” con su hija Carmela para decidirse. La ministra de Trabajo y Economía Social, y líder de Sumar, que por la mañana participó en un acto de escucha de su plataforma en la Filmoteca de Albacete, explicó que, antes que nada, Sumar tendrá que terminar de diseñar su proyecto de país y después escuchará a su hija para decidir si es candidata.

“Tendré que mantener una conversación íntima, no con mi secretario de Estado sino con una criatura, que es Carmela, mi hija, con la que despacharé para que me diga qué tengo que hacer con mi vida”, verbalizó Díaz, quien confesó sentirse “un poco acosada” con este tema, ya que lo que a ella más le ilusiona es “lo que se está haciendo en el proyecto de país” que está diseñando la plataforma. “No hay casi propuestas políticas en España, se habla poco, hay mucho griterío y muchos insultos, mucho esperpento y vergüenza en el Congreso y en el Senado pero pocas propuestas para la España del siglo XXI”, consideró. Por ello, aseguró que está “involucrada” con los equipos de trabajo de Sumar, que están trabajando “generosamente” y a la espera de que presenten su proyecto de país para decidir si es candidata o no.

En este contexto, Díaz acusó Alberto Núñez Feijóo de “haber declinado su responsabilidad de hacer oposición” absteniéndose en la moción de censura de Vox. “No solamente está secuestrado por la extrema derecha, es que ha declinado ejercer la oposición en nuestro país”, lamentó la vicepresidenta, quien cuestionó al líder del PP si para él es “gente de bien” Santiago Abascal. “Lejos de las propuestas que generan malestar social, Sumar mira a un proyecto de futuro que genera un país nuevo”, dijo, defendiendo que “somos un proyecto verde, en el que el compromiso es absoluto y somos capaces de respetar el mundo del trabajo y de las empresas”.

Un ministerio independiente

Eso sí, Díaz consideró que “no vamos a aceptar que las grandes entidades financieras se sigan llenando los bolsillos” y señaló que “es la primera vez desde la II República en la que el Ministerio de Trabajo no es una sucursal de nadie, ni del Ministerio de Economía, ni de las empresas del país ni del Ministerio de Hacienda”.