Ha pasado más de una década desde que ETA anunciara el 20 de octubre de 2011 el fin definitivo de su actividad armada, y el colectivo que se conformó en 2016 para sellar de forma definitiva el proceso de paz ha decidido poner fin a su actividad.

 El Foro Social Permanente, formado por una veintena de entidades y personas, anunciará el próximo sábado en un acto en Durango el fin de su labor, al considerar que ya se han alcanzado los objetivos por los que se creó. Los portavoces del Foro Social Permanente anunciarán en esa misma rueda de prensa cuáles son ahora los retos pendientes y los instrumentos para llevarlos a cabo.

 A la espera de saber si se crea una nueva vía, el Foro Social Permanente da por amortizada su trayectoria al considerar que ha alcanzado los cuatro objetivos que se marcaron hace siete años. El movimiento afirma que el desarme y la disolución de ETA es un objetivo cumplido, y que al mismo tiempo se han dado pasos decisivos para lograr que todas las víctimas obtengan verdad justicia y reparación.

 Además, el Foro Social Permanente mantiene que se ha avanzado en el reconocimiento de una memoria inclusiva y crítica sin relatos únicos, y que se ha puesto fin a la política de dispersión de los presos de ETA.

 

Una década de trabajo

El primer Foro Social se creó tras el anuncio del fin definitivo de la actividad armada de ETA, en diciembre de 2012 de la mano de Lokarri y Bake Bidea. El objetivo era impulsar un proceso de paz incipiente. Tras dos años de actividad, y después de la disolución de Lokarri se constituyo el Foro Social Permanente al que se adhirieron una veintena de colectivos como sindicatos o movimientos como Ahotsak, Etxerat, Sare, Bake Bidea o Egiari Zor, entre otros.

Desde el momento de su creación hasta el final ahora de su trayectoria, el Foro Social Permanente ha liderado decenas de iniciativa para consolidar el fin de la lucha armada de ETA.