El Gobierno vasco comienza a vencer las resistencias del Ejecutivo español en un punto clave que retrasaba la transferencia de las líneas de tren de cercanías. La consejera de Autogobierno, Olatz Garamendi, está negociando ya la transferencia de las líneas de tren que salen de la comunidad autónoma en algún momento de su trazado, aunque sea por un puñado de kilómetros. Para el Gobierno español revestía de una gran complejidad técnica, al igual que la cesión de la infraestructura de las estaciones y no solo el servicio, pero ambos aspectos se encuentran en vías de solución. 

En concreto, además de las líneas que discurren en exclusiva por la comunidad, se negocian los trayectos Bilbao-Karrantza (que pasa por Turtzios), e Irun-Vitoria (que pasa por Nafarroa). También se negocia con su infraestructura la vía Bilbao-Balmaseda, un recorrido que está afectado por la futura línea 4 del Metro a Rekalde y cuyo traspaso es clave. El resto de trayectos sobre la mesa son Bilbao Abando-Barakaldo-Santurtzi, Bilbao Abando-Barakaldo-Muskiz, Bilbao Abando-Laudio-Orduña, e Irun-Donostia-Tolosa-Brinkola. Queda trabajo técnico por delante y abordar la cuantificación económica, pero este periódico ha podido confirmar que las líneas de tren que salen de la comunidad ya no serán un obstáculo. Son líneas de transporte de viajeros, y que Euskadi las gestione abrirá la puerta a revitalizar un servicio descuidado.

Usain Bolt, más rápido que el tren

Esta transferencia es la única que está negociando el Gobierno español mientras sigue sin dar señales de vida en una treintena de materias pendientes del Estatuto de Gernika. Que el diálogo fluya en mayor medida con los trenes se explica en que el Estado se desprende de una patata caliente: se exponía a sufrir desgaste por el maltrecho estado de conservación de las líneas de Renfe y Feve, las averías, la escasez de inversión, la frecuente cancelación de servicios, y las quejas sindicales y ciudadanas. Ese desinterés contrasta con el carácter prioritario de estas líneas para las instituciones vascas, que tendrán la oportunidad de mejorar el servicio y lanzar el mensaje de que el autogobierno afecta a las cosas del comer y al día a día.

La línea Bilbao-Karrantza es el ejemplo paradigmático. El PNV ha preguntado con insistencia en el Congreso y el Senado sobre el estado de un trayecto que forma parte de la línea Bilbao-Santander, inaugurada en 1896. Para completar el viaje desde Bilbao hasta Karrantza se necesitan entre 71 y 81 minutos en el mejor de los días, si es que no hay retrasos. Sobre el trazado más amplio, Bilbao-Santander, el propio presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, llegaba a decir con su particular estilo que el atleta Usain Bolt completaría el recorrido corriendo en menos tiempo que el propio tren decimonónico. 

Una de las tres peticiones del lehendakari

Esta transferencia, además, será una buena noticia para una consejería del PSE, la de Iñaki Arriola, lo que elimina de la ecuación ese temor reverencial en los socialistas a que el PNV capitalice los logros. Y es una de las tres pruebas de confianza y buena voluntad que exigió el lehendakari al presidente Sánchez en el pleno de política general. Le pidió el traspaso inmediato de los trenes, activar los grupos de trabajo sobre las materias que le ha propuesto Garamendi (son seis), y crear una Comisión Permanente de traspasos que fije las normas para cumplir el Estatuto.

Garamendi acordó con la ministra Isabel Rodríguez que el traspaso debería llegar en septiembre u octubre, antes de negociar los Presupuestos estatales, para que no se utilizara como moneda de cambio por parte del Estado. Ese compromiso lo arrancó en la reunión de julio en Leioa.

La consejera Olatz Garamendi, con la ministra Isabel Rodríguez, en Leioa Borja Guerrero

Garamendi ha asegurado este miércoles en Radio Euskadi que los equipos técnicos están “hablando” de las líneas, incluidas aquellas que salen de la comunidad; y que avanzan con la infraestructura, que es clave para el despliegue de la línea 4 del Metro. Dijo que queda “mucho por trabajar” y que, una vez se solucionen esos puntos, aún quedará pendiente abordar los aspectos económicos. No es que exista un nudo gordiano en las negociaciones, sino que falta desarrollar a nivel técnico los pormenores. Pero los recelos han quedado despejados del camino.

Una Comisión Permanente que desbloquee

Este avance no ha provocado que Garamendi baje los brazos o se dé por satisfecha. Han pasado más de cuarenta años sin que se cumpla el Estatuto y sigue sobre la mesa un calendario del propio Consejo de Ministros con una treintena de puntos que no se cumplen. Y el tiempo pasa: la legislatura del Gobierno español languidece con tan solo un año por delante y una sucesión de elecciones que comprometen seriamente los trabajos. De ahí que la consejera retomara este miércoles la presión que ejerció el lehendakari con la idea de crear una Comisión Permanente de traspasos, un foro que considera que puede servir para desbloquear las conversaciones. En ese foro se abordarían las reglas para negociar todas las materias pendientes, tendría carácter estable y permanente, y tendría el valor de que ninguna de las partes podría interrumpir el diálogo de manera unilateral. 

Sería un instrumento al margen de los grupos de trabajo que abordan cada materia en concreto y que el Gobierno español solo constituye si le interesa abordar un traspaso específico. Cuando hay acuerdo sobre una o varias materias, se convoca la Comisión Mixta, pero solo para firmar un acuerdo que ya existe. No es un órgano de negociación, sino de ratificación de acuerdos.

Garamendi ensalzó las virtudes de la Comisión Permanente como foro que puede poner fin a la parálisis porque ahora "solo se negocia a instancia del Gobierno español”. La comisión sería un foro que reuniría al Ministerio y a las consejerías competentes (no tanto a Sánchez y Urkullu), donde se abordaría todo el trabajo pendiente, y sin que “nadie lo pueda interrumpir unilateralmente”. Apostó por una relación ininterrumpida con un preacuerdo sobre las fechas. Garamendi quiere que Sánchez ponga en marcha la comisión en un mes, coincidiendo con el aniversario del Estatuto.

Insistió en que el último contacto se produjo la semana pasada antes del pleno del jueves, fue técnico, y el Gobierno español volvió a hacer referencia a que se analiza la “viabilidad” de los traspasos, pero sin ningún argumento concreto que respalde esas reservas. Garamendi aseguró que procedería una reunión con la ministra para que le explique cuáles son esos problemas de viabilidad. Este periódico ya adelantó que el Ministerio propone también una reunión, pero sigue cuestionando la viabilidad de varias materias.