“El PNV está bien. Muy bien, diría yo”, transmitió Andoni Ortuzar a su militancia, que es precisamente el “vehículo” para llegar a la sociedad, mientras el partido ejerce de “cinturón de seguridad” de la ciudadanía vasca. Es el mensaje en clave interna que ayer, 31 de julio, trasladó en la celebración del 127 aniversario del nacimiento de la formación jeltzale. Y lo hizo además arropado por dirigentes y cargos nacionalistas, entre ellos Juan Mari Aburto, alcalde de Bilbao; Unai Rementeria y Ramiro González, diputados generales de Bizkaia y Araba, respectivamente; Ana Otadui, presidenta de las Juntas Generales de Bizkaia; el vicelehendakari primero y consejero de Seguridad del Gobierno vasco Josu Erkoreka; los consejeros Pedro Azpiazu, Olatz Garamendi, Beatriz Artolazabal y Gotzone Sagardui; y el lehendakari ohia José Antonio Ardanza, también presente. El lehendakari, Iñigo Urkullu, acompañado de la consejera Arantxa Tapia, asistía a la misma hora en Azpeitia a la misa solemne que cerraba el Año Ignaciano en la Basílica de Loiola, no sin mandar un afectuoso abrazo a todos los asistentes al acto celebrado en los Jardines de Albia, de Bilbao. Una de las anécdotas la protagonizó el propio Ortuzar, que acudió despojado de la corbata, pero no por hacer caso a la última recomendación de Pedro Sánchez, y que calificó como una de sus “gracietas” en forma de medida cosmética.