La ya expresidenta del Parlament suspendida Laura Borràs ha asegurado que no se apartará del cargo, pese a que la Mesa haya aprobado su suspensión, y ha acusado a ERC y CUP de ser cómplices de la guerra sucia del Estado y a los diputados de la propia Mesa de actuar como "jueces hipócritas".

Lo ha dicho este jueves en una comparecencia ente la prensa después de que la Mesa del Parlament haya aprobado suspenderla con el apoyo de PSC-Units, ERC y la CUP tras la decisión del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) de enviarla a juicio por presuntamente fracciones contratos cuando dirigía la Institució de les Lletres Catalanes (ILC).

Tras sostener que es la principal perjudicada por esta decisión, ha advertido de que su suspensión "sólo beneficia a los que han apostado por la guerra sucia, y hace cómplices a los que la han ejecutado de manera gratuita e innecesaria", además de añadir que se ha dañado la democracia, el Parlament y el conjunto del independentismo, con mayoría absoluta en la cámara.

Así, se ha mostrado muy crítica con la decisión tomada por los diputados de ERC y la CUP en la Mesa del Parlament y ha lamentado que, pese a que se les adscriba en la mayoría independentista, todos ellos tienen "una agenda política que está muy lejos de converger en una estrategia unitaria independentista, ni en el Govern ni en el Parlament".

"Muy por encima de mi situación personal, esta falta de unidad me sabe mal. Cualquier persona que nos observe desde fuera llegaría a la conclusión que nosotros somos nuestros propios adversarios, y que aquellos que cada día nos ahogan un poco más son nuestros aliados", ha destacado.

Para Borràs, se le ha hecho difícil no llegar a la conclusión de que los que deberían ser compañeros de viaje de Junts, en referencia a los republicanos y anticapitalista, "no tienen otra expectativa que la autonomía u otra motivación política que sus respectivos partidos".  

Apartarla políticamente

En sus críticas a los miembros de la Mesa de ERC y CUP también ha incluido al PSC, a los que ha acusado de ir "vestidos de jueces hipócritas" y no de diputados al haberla suspendido de sus derechos y deberes parlamentarias en aplicación del artículo 25.4 del reglamento del Parlament.

Es más, considera que la han suspendido para apartarla políticamente porque -ha apuntado- nunca ha pedido ser absuelta pero sí "no ser condenada antes y todo de ser juzgada".

También ha cuestionado que los miembros de la Mesa no hayan dudado de la naturaleza de los hechos que le imputan cuando la Fiscalía no recogió los cargos de malversación y fraude a la administración, y que tampoco se haya planteado la posibilidad de pedir un dictamen a la Comisión del Estatuto de los Diputados, entre otras acciones.   

Adversarios y aliados

Pese a la suspensión, ha recalcado que no renunciará, que no la han vencido y que no dimitirá porque, en su opinión, dar un paso al lado permitiría reforzar esta apariencia de normalidad: "Manteniéndome en mi sitio, además de defender mi inocencia y honorabilidad, fuerzo una situación de interinidad y anomalía", ha precisado.

"Ninguna facilidad a los represores y a sus cómplices. Otros puede que no lo tengan claro, yo sí. Sé quien es el adversario y quién es el aliado", ha subrayado Borràs, dejando claro que no se rendirá en su lucha por la independencia de Catalunya.

Aunque ha negado que haya querido modificar el reglamento del Parlament en su beneficio, tras asegurar que no tiene atribuciones ni competencias para hacerlo, ha admitido que el artículo 25.4  "debería estar retirado" del reglamento de la cámara porque -ha dicho- se aprobó sin ningún tipo de convalidación jurídica y porque considera que vulnera derechos fundamentales, como el de la presunción de inocencia y el doble derecho al sufragio activo y pasivo.

"Que actualmente este artículo siga en el reglamento ya constituye una anomalía democrática", ha opinado la ya expresidenta del Parlament, que cree que se han violentado su derecho a la presunción de inocencia con el argumento de que se debe preservar la institución, lo que considera una excusa para intentar hacer desaparecer un rival político.

Para Borràs, lo que se ha hecho es "debilitar la institución al dejarla desproveída de la presidencia", por lo que ha llamado a la reflexión y ha reivindicado la defensa que ha hecho para que el exconseller y diputado de Junts pueda intervenir en las comisiones parlamentarias.

También ha reivindicado las reformas que ha llevado a cabo durante su presidencia, admitiendo que algunas han generado controversia, como la suspensión de las 'licencias de edad', así como que ha sido la primera presidenta del Parlament "sin tarjeta de crédito, que no cobra dietas y que ha acabado con prerrogativas asociadas a privilegios".