bilbao - El Gobierno vasco homenajeó el miércoles en Ciudad de Panamá a Germán Guardia Jaén, un personaje clave durante el exilio del lehendakari José Antonio Aguirre tras la Guerra Civil. No es exagerado decir que gracias a él, pudo sortear la amenaza nazi que le pisaba los talones y exiliarse a Estados Unidos para, desde allí, seguir guiando a la Euskadi sometida por el dictador Franco.

El consejero de Cultura y Política Lingüística, Bingen Zupiria, fue el encargado de representar al Gobierno vasco para rendir tributo al que fuera consúl de Panamá en Amberes durante el inicio de la Segunda Guerra Mundial. En el homenaje participó Laurentino, hijo del ya fallecido diplomático panameño, al que el Ejecutivo vasco agradeció la labor de su padre en este capítulo épico de la historia del lehendakari Aguirre.

La historia es la siguiente: el diplomático panameño facilitó con su ingenio, y no sin arriesgar su propia integridad, una identidad ficticia al lehendakari Aguirre para poder abandonar Francia, donde se encontraba tras su huida de la España franquista. Lo hizo metiéndose en la boca del lobo del nazismo alemán ocultándose en primera instancia en Alemania, para desde allí ponerse a salvo y salir al continente americano.

En este episodio fue decisivo el papel de Germán Guardia Jaén, quien proporcionó un salvoconducto al lehendakari Aguirre para huir desde Berlín hasta Nueva York con un pasaporte falso, una nueva identidad y un disfraz que se convertiría en el icono de esa hazaña: un bigote y unas gafas postizas.

El cónsul panameño le dio una nueva identidad y durante unas semanas el lehendakari Aguirre se convirtió en Juan Andrés Álvarez Lastra (un nombre que compartía iniciales con su nombre real, José Antonio Aguirre Lekube). El lehendakari, disfrazado con bigote y gafas y con su nueva identidad panameña, pudo continuar su periplo. A entrar en el Reich lo ayudó Villalaz, embajador panameño en Berlín. Aguirre pudo salir de la capital del régimen nazi con su pasaporte panameño, trabajado con esmero por Guardia Jaén para que tuviera todas las trazas de ser real, y pudo llegar finalmente a Nueva York tras hacer escala en países como Brasil.

El homenaje ha coincidido estos días con la disputa del partido amistoso de la Euskal Selekzioa contra la selección de Panamá. Acompañado por el director de Deportes del Gobierno vasco, Jon Redondo, el consejero entregó al hijo de Germán Guardia Jaén varios obsequios de parte del lehendakari, Iñigo Urkullu, y tuvo palabras de reconocimiento hacia el desaparecido cónsul.

El consejero Zupiria, que también tuvo una agenda institucional con autoridades del país, subrayó la importancia de recordar el pasado pasa seguir construyendo el presente y el futuro de Euskadi. “El Gobierno vasco tenía una cuenta pendiente, ineludible, con la familia Guardia Jaén. Es de justicia y oportuno tener muy presente la memoria histórica de nuestro país”, señaló. Asimismo, subrayó la calidad humana del entonces cónsul, lo que le permitió “exiliarse a Estados Unidos, donde como lehendakari en el exilio desarrolló una intensa labor política”.