Bilbao - Sabedores de que para alcanzar la meta de la desaparición definitiva de ETA es necesario completar las etapas previas, Paul Ríos, el coordinador de la red ciudadana Lokarri, emplazó ayer a concretar el sellado de los arsenales de la organización para después encarar la entrega de las armas. Con un proceso de paz anclado en la inactividad pero que podría sufrir profundas convulsiones en breve, tildó de “muy importante” que la banda armada efectúe algún “gesto” rápido que, “con la máxima contundencia y claridad que pueda”, consiga desbloquear el inmovilismo del que hace gala el Gobierno español.

Con un “acomodamiento” del proceso, Ríos consideró necesario romper la dinámica actual. Y llamó a los múltiples agentes implicados a reactivar las vías que confluyan en un escenario de paz sin vuelta atrás. El primer destinatario de su mensaje fue ETA, de la que consideró que puede seguir remando en favor de su disolución definitiva mediante un sellado de las armas, “pero sin olvidar” que “después tiene que venir la entrega de las armas o que se destruyan o se inutilicen totalmente”.

En una entrevista en Efe, el coordinador de Lokarri ahondó en que “ETA tiene que hacer lo máximo que pueda” para dar confianza al conjunto de la ciudadanía vasca. Lanzaría así un mensaje inequívoco de que “ese desarme está avanzando rápido y que se está completando”. Con una etapa como el desmantelamiento de las estructuras militares ya zanjada, Ríos atisbó no ver riesgo de que vuelvan a empuñar las armas. Es por ello que invitó al Gobierno español a “entrar en contacto con ETA para que el desarme se haga en las mejores condiciones y las máximas garantías”. Sería “lo lógico y útil”.

Otro actor principal, aunque poco participativo, es el Gobierno español. Los dirigentes del PP no han mostrado disposición alguna “a dar ni un solo paso en el camino del proceso de paz”. O, en el peor de los casos, obstaculizan las iniciativas puesta en marcha. Sería el caso del precinto de varias cajas de armamento ante dos de los responsables de la Comisión Internacional de Verificación (CIV), efectuado en febrero, que supuso el paso por la Audiencia Nacional de los verificadores. “Si hacen alguna actividad en Francia o España en relación al desarme, se pueden encontrar con un nuevo requerimiento de la Audiencia Nacional o una investigación policial”, apuntó.

“riesgos y costes” Las formaciones políticas también son parte esencial en el puzzle de la pacificación de Euskadi. Sabedor del papel mediador que pueden tener, Ríos emplazó a los partidos a entablar un diálogo para tratar de trazar una “estrategia compartida”, especialmente antes de que la cita electoral de 2015 puede empantanar sus relaciones, ahogando de esta forma las opciones a un posible acuerdo. Dejar de lado el “temor a asumir el riesgo y los costes”, les emplazó.

Con la política penitenciaria como uno de los principales nudos a deshacer, Ríos también lamentó la indefinición en la que está sumido el Ejecutivo Rajoy con respecto a la denominada vía Nanclares para la reinserción de los presos de ETA, sobre todo en un tiempo político en el que resulta indispensable “concretar una vía de reintegración” de los presos que sea “clara, medible, valuable”, a pesar de que el PP no está por la labor de “asumir ciertos riesgos respeto a los grandes colectivos de víctimas y otros grupos que están presionando para que no se mueva”.