MíriaM VÁZQUEZ

bilbao. Si ayer se cumplía el segundo aniversario de las elecciones que sirvieron para aupar a López a Ajuria Enea en virtud de su pacto con el PP, el PNV no titubeó al considerar tiempo perdido el primer tramo de legislatura. Un ecuador del mandato que el PSE habría dedicado a justificar una entente mal parada en las encuestas, al tiempo que habría centrado sus esfuerzos en cargar contra los jeltzales, protagonizando más de un tira y afloja con las diputaciones y los ayuntamientos abertzales. Su proceder habría redundado en el incumplimiento de su programa electoral y en una suerte de parálisis en materia económica, sanitaria o de infraestructuras. Pero el presidente del EBB, Iñigo Urkullu, entrevé otro factor: "Lo que más nos preocupa es la falta de independencia y de margen de maniobra del lehendakari. No puede alejarse de su socio, el PP, y no quiere enfrentarse a Zapatero. Está sufriendo la pinza del PP y del Gobierno de España".

El lehendakari afrontó la campaña apelando a su "independencia" con respecto a Madrid y al giro vasquista del PSE. Una vez en Lakua, moduló su discurso para puntualizar que su política no se basaría en el "todo o nada" del que, a su juicio, habrían hecho gala los jeltzales en las negociaciones con Zapatero. La coincidencia de siglas entre la CAV y el Ejecutivo español, que podría haber favorecido, a priori, la interlocución con La Moncloa, terminó convirtiéndose en una suerte de ligazón que cortocircuitaba las maniobras del socialismo vasco y su capacidad de enfrentarse a sus hermanos mayores. Así, Gasteiz asumió un discurso más próximo al de los dos principales partidos del Estado -defendiendo la caja única en las negociaciones competenciales-. Además, y obviando el entramado vasco, asumió el plan de ajuste del PSOE sin dirimir previamente sobre los recortes con las diputaciones y ayuntamientos.

El PP también habría dejado su impronta al mover al PSE a reformular sus postulados en el acuerdo de bases, donde renunció a la reforma estatutaria y al modelo lingüístico mixto en la escuela. "El PP marca los límites en la CAV. Y el lehendakari copia y repite las políticas de España. Repite lo que no funciona. La pinza le atenaza en tres asuntos vitales: el momento político que estamos viviendo con los movimientos en la izquierda abertzale, el autogobierno y la crisis. Sigo convencido de que no hay plan López para Euskadi", lamentó, tras considerar que PSE y PP "no gobiernan, sino que siguen haciendo oposición al PNV", justificando su pacto y sin legislar.

VOLUNTAD DE ACUERDO Al otro lado de la balanza, situó la actuación del PNV, con la propuesta Ados! y con el pacto estatutario, de estabilidad y de inversiones para la CAV suscrito con el PSOE, en el marco del cual se concedió tiempo a Zapatero para avanzar en materia de normalización y pacificación. Una mano tendida que también extiende a López, al recordar la oferta de estabilidad institucional y de políticas sociales. El presidente del PNV en Gipuzkoa, Joseba Egibar, por su parte, calificó de "grave" la situación de Lakua porque "representa a un país en el que no cree y al que pretende transformar sin respetar". En esa clave se expresó en una entrevista con Onda Vasca donde avisó de que "quedan veinticuatro meses para que se amplíe el desgaste".