Bilbao. Como consecuencia de una de esas paradojas que suelen presidir la escena política, la resaca de la masiva manifestación del sábado en Barcelona amaneció ayer con los partidos catalanistas, por un lado, y el PP, por otro, haciendo sendos llamamientos para mantener la unidad en estos tiempos convulsos. Cada uno por razones bien diferentes, pero todos ellos en respuesta a la marcha que reivindicó a Catalunya como nación y rechazó la sentencia del Tribunal Constitucional que recorta el Estatut.

Las formaciones que tomaron parte en esa convocatoria coincidieron ayer en mantener prietas las filas ante el escenario que está por venir, y así el presidente de CiU, Artur Mas, pidió que el denominador común de los partidos catalanistas se traslade ahora al Congreso, donde no todos tienen "las manos totalmente libres para defender lo mismo que defendemos aquí".

En la misma línea, el diputado del partido nacionalista, Josep Antoni Duran i Lleida, reclamó la "unidad de las fuerzas políticas catalanas" para hacer frente en la Cámara baja y en el Parlament a la sentencia sobre el Estatut. Advirtió además al resto de España de que "se equivocarán si menosprecian" la marcha del sábado.

Desde otras formaciones, el secretario general de ERC, Joan Ridao, compartió el análisis de CiU y abogó por trasladar la unidad política que se proyectó en la manifestación contra la sentencia del alto tribunal en el Parlament y en el Congreso. El alcalde de Barcelona, Jordi Hereu, del PSC, apostó a su vez por llegar a acuerdos políticos "para sumar esfuerzos" y valoró que la multitudinaria marcha lanzó un mensaje de defensa del autogobierno a través del pacto estatutario.

En el terreno de los hechos concretos, el conseller de Política Territorial y Obras Públicas, Joaquim Nadal, instó al Gobierno español a aprovechar el debate sobre el estado de la nación que se celebrará el miércoles y el jueves en el Congreso para "rehacer los puentes que la sentencia del Estatut ha roto". Más lejos aún llegó el vicepresidente del Govern, Josep Lluís Carod-Rovira, que abogó por convocar una asamblea de los parlamentarios catalanes en las Cortes, el Parlament y el Parlamento Europeo para cerrar un "pacto nacional" que concrete el denominador común que están dispuestos a alcanzar el tripartito y CiU de cara a las elecciones catalanas. Todo ello para "pasar del Estatut al Estado", señaló.

Proyecto común En el lado contrario, el presidente del PP, Mariano Rajoy, llamó ayer a la unidad de todos los españoles tras la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatut, de cuyas consecuencias responsabilizó al jefe del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, al que calificó de "aprendiz de brujo". Así, anunció que su formación va a convocar a "todos los españoles a un proyecto común para toda España que abrigue la fuerza de la unidad".

La presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, aseguró que la "Cataluña real y mayoritaria" no se manifestó el sábado en Barcelona, y avanzó que el talante "independentista" de CiU hace que el PP descarte pactos con la federación nacionalista.