“Esos últimos pelotazos los he dado con la fuerza de mi familia”, dice Román Maldonado. Aún boquea. Aún resuenan en su cabeza las palabras de su hermano y botillero Agustín. Le dice que empale con el alma cada uno de los pelotazos, que la oportunidad es increíble. El palista de Venado Tuerto sabe que lo necesita, que Agustín –“con quien paso casi más tiempo que con mi pareja”, reconoce como una broma entre risas– aprieta como una bayeta. Y saca de él un jugo imposible. “Aquí no somos amigos. A por él”, certificaba unos minutos antes desde la red del rebote del frontón Bizkaia de Bilbao. Era para que no tuviera piedad. Porque el tiburón no la tiene. Cada vez que intuye la sangre, se tira a dentellear ciego de hambre, que la tripa cruje de ambición y necesidad de carne. Porque Maldonado tampoco la conoce: ojos de escualo, sonrisa de escualo, amasijo de músculos en ebullición. Es un joven nacido para jugar a pala.
Urrutia 5/9/2
Maldonado 10/10/10
Duración: 57 minutos de juego.
Saques: 3 de Urrutia y 5 de Maldonado.
Faltas de saque: 2 de Maldonado.
Pelotazos: 279 pelotazos a buena.
Tantos en juego: 7 de Urrutia y 16 de Maldonado.
Errores: 9 de Urrutia y 4 de Maldonado.
Marcador primer joko: 0-1, 1-1, 2-1, 2-2, 2-8, 3-8, 3-9, 5-9 y 5-10.
Marcador segundo joko: 0-1, 1-1, 2-1, 2-2, 2-3, 3-3, 5-3, 5-5, 5-7, 7-7, 7-8, 8-8, 9-8, 9-9 y 9-10.
Marcador tercer joko: 1-0, 1-1, 1-6, 2-6 y 2-10.
Botilleros: Ejercieron de botilleros Erik Zubiri (con Urrutia) y Agustín Maldonado (con su hermano Agustín).
Incidencias: Final del Campeonato Individual de pala profesional disputado en el frontón Bizkaia de Bilbao. 600 espectadores.
El argentino es el nuevo monarca del Individual del leño con apenas 24 años. En tres ediciones ha crecido desde el debut en Innpala a lo más alto. Saluden al nuevo emperador. Iñaki Urrutia, en una mala tarde, sufrió el ventarrón. Porque Román fue huracán desde la salida. Gen competitivo, seriedad, ideas claras. Busca el rebote. Busca el carril. Todo perfecto. El mejor guionista. Y, además, en los momentos de incertidumbre apareció la suerte, la que bendice y condena.
Y es que el argentino hizo un gran partido, sí; y demostró que tiene nivel y agallas para mantenerse en el primer peldaño por tiempo, también; pero en el segundo joko, cuando Urrutia estuvo mejor y pintaban bastos, la deidad de la fortuna, esa que suele visitar a los trabajadores en forma de inspiración, como dijo Pablo Picasso, también le susurró melodías de victoria al oído. En definitiva, Maldonado fue justo vencedor de la final de este sábado en Bilbao, donde se impone un cambio de régimen. Ya van seis campeones en una década: Fusto, Gaubeka, Ibargarai, Ibai Pérez, Necol y el propio Román. El de Venado Tuerto se vestirá de colorado todo el año. Irrupción. Volcánico. Empuje de juventud. Juego de veterano.
Dice Román que desde los once años soñaba con verse en lo más alto. Que Fusto era su ídolo. Pues bien, el de Buenos Aires, siete veces campeón de la especialidad, acabó dándole un abrazo sincero y cediéndole el testigo de argentino a argentino. A él, al que su familia esperaba para auparle y mimarle como campeón. Con la bandera albiceleste tatuada las muñequeras y el casco. Un sol orgulloso en la región parietal.
Hasta el final
Vacío por cada empale, Maldonado aterrizó con un millón de certezas y sin dudas. Velocidad con la derecha y la izquierda. El rebote como potro de tortura para el rival. Pero no solo brilló en ataque, porque en defensa fue capaz de llevar pelotas increíbles con la espalda en el metacrilato del rebote del Bizkaia. Con todo, en un parpadeo, en un inicio sin apenas peloteo –60 pelotazos en el 5-10–, Urrutia no pudo sacar su esencia. Lo pagó. Inicio frío. Río revuelto. Ganancia de pescadores. Maldonado atrasó bien la pelota y atropelló. El 2-7 fue un zurdazo a los cuadros largos en los que quedó clara la esencia del suramericano. Iñaki encadenó dos tantos con el 3-9 en el luminoso: una falta de Román y un saque propio. Después, un zurdazo se le fue para poner el 5-10.
Un gran segundo joko
En el paso por el vestuario, Erik Zubiri, botillero de Urrutia, calmó a su paisano. Iñaki estuvo serio en la segunda manga y fue capaz de exprimir a su rival. Fueron los mejores momentos del partido: peloteo, buenos empales, alternancias y muy pocos errores. En el 5-4, Maldonado reboteó cuatro veces y acabó llevándose el gato al agua. Increíble. Digno de repetir en bucle. Se registraron siete igualadas en el luminoso: 1-1, 2-2, 3-3, 5-5, 7-7, 8-8 y 9-9. El armintzarra lo tuvo en la mano. Iba 9-8, pero en un tanto precioso, de veinte pelotazos de genio, Román acabó por el txoko tras gran defensa colorada. Un saque directo cambió el signo. Del 1-1 al 0-2. Mal asunto. Fue el golpe de gracia para Iñaki.
En el tercero no hubo apenas historia. Urrutia se puso 1-0 y Maldonado respondió con una tacada de seis tantos. El 2-6 fue un derechazo por pared del vizcaino. Román se sacó cuatro tantos seguidos para llevarse el cetro. “Con todo”, decía Agustín. Su hermano bramó. En el 2-9, el suramericano llevó tres pelotas imposibles de zurda y Urrutia, con todo, erró el dos paredes. Al perro flaco... Cerró Maldonado con un derechazo inapelable.