Rompían olas rojas y azules en la plaza exterior del Frontón Bizkaia de Miribilla. La instalación deportiva parece, desde fuera, una enorme factoría pintada de negro, con tres chimeneas que, en lugar de humo, emiten gritos, ovaciones y cánticos.
Sonaba en las conversaciones euskera con acentos diversos. Camisetas rojas y azules todas juntas y mezcladas. Sonrientes. Había quienes confiaban en la trayectoria y la solvencia reconocida del de Amezketa. Y quienes mostraban fe ciega en el potencial y el momento de juego del de Mallabia.
Con los ojos cerrados, un partido de pelota evoca a la txalaparta. Un golpeteo seco que va ganando cadencia hasta que se vuelve frenético. El público se lamenta, ruge, corea, aplaude y discute a ese ritmo. Los jueces, con su polos verde manzana, señalan aquí y allá. Los corredores de apuestas, cubiertos por amplios blusones color añil, se desgañitan para que el dinero se manifieste.
El gerente del frontón, Joserra Garai, recibió a las personalidades que se acercaron, como el alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto; la concejala Itxaso Erroteta; las diputadas forales Elixabete Etxanobe y Lorea Bilbao; el presidente de la Federación Vasca de Pelota, Gontzal Enbil; la rectora de la UPV/EHU, Eva Ferreira; el director de Actividad Física y Deporte del Gobierno vasco, Gorka Iturriaga; o el director foral de Deportes, Carlos Sergio Achotegui.
Quisieron disfrutar de la final del manomanista el presidente del Euzkadi Buru Batzar del PNV, Andoni Ortuzar: el diputado jeltzale Aitor Esteban; la presidenta del Bizkai Buru Batzar, Itxaso Atutxa; la presidenta de la Fundación Sabino Arana, Mireia Zarate; o el exconsejero Juan Mari Atutxa.
Arribaron al frontón el cineasta Toni Garzón en su silla, brazo en alto y con camiseta azul de Elordi; el excalde de Bilbao Jose Mari Gorordo, en compañía de su hijo, el guionista Joseba Gorordo; el chef de prestigio internacional Eneko Atxa; o el expresidente de la Federación Vasca de Fútbol, Juan Luis Larrea.
Entre los campeones presentes Ladis Galarza, Rubén Beloki, Beñat Bengoetxea o Martínez de Irujo.
Apoyaban a Elordi, Joseba Barrutia, José Angel Etxebarria, Ramón Villanueva, Koldo Arambarri, Javier Mestraitúa, Javier Landeta, Andoni Agirrebitia, Joxe y Mitxel Etxabarria, Nacho Ortiz, Isma e Ibai Pradera, Faustin Etxenagusia, Arrate Corrales, o Aitziber Juaristi.
Para animar al de Amezketa estaban en el Frontón Bizkaia, su primo Iñaki, además de Beñat Eraso, Nagore Errasti, Izarne Otamendi, Izaro e Ixone Urkidi y otros muchos.
Altuna se fue largo en su saque 19 cuando Elordi había cosechado ya 21 tantos. El hombre del polo verde gritó ¡pasa! El de Mallabaia levantó los puños al cielo como si quisiera golpear de nuevo unos pronósticos que había noqueado. Corrió a la grada a abrazar a sus padres.
Todo sucedió ante los ojos de Luciano Juaristi Atano X, el más veterano campeón vivo. Se sentaba a su lado otro txapeldun, vizcaino como el de este año, Iñaki Gorostiza.