Bilbao - Moncho Urdiain (Iruñea, 1977) capitanea la gestión del Navarra Arena, que se estrena mañana como escenario de la lucha por una txapela. En septiembre se puso de largo con el Masters Codere en un llenazo y mañana estará hasta la bandera. Éxito.

¿Qué significa el frontón Navarra Arena para Nafarroa?

-Consideramos que tenemos un gran frontón en el que podemos acoger grandes partidos que hasta ahora no venían a Iruñea. Ahora estamos bien posicionados para recibirlos.

Siendo Nafarroa tierra de pelotaris, ¿consideraban necesario acoger finales oficiales?

-Sin duda, tener la posibilidad de ver estas finales aquí, en casa, es un plus. El recibir alguno de estos choques es de agradecer.

La intención es continuar con la dinámica y acoger más festivales de este estilo, ¿no?

-A lo que aspiramos es a acoger alguna de las finales, ya que consideramos que tenemos un frontón bueno para ello. Todo apunta a que será así. Ha sido un recinto muy bien acogido por todo el mundo. Trataremos de facilitar las cosas.

¿Qué meta tiene su gestión para el Navarra Arena?

-Trabajamos con la instalación al completo, en global. Es un gran frontón, pero también es mucho más. El objetivo es que la instalación se use al máximo con eventos que se adapten a ella. Hablamos de eventos de gran envergadura. Trabajamos con un objetivo global.

¿Estarían interesados en acoger el máximo número de finales de mano profesional posibles?

-No venimos con un ánimo de arrasar con todo. Veremos qué es lo lógico. Las empresas, Aspe y Asegarce, también tienen mucho que decir y tenemos que sentarnos con ellas para ver cuál es su planteamiento. De momento, hemos arrancado con el Masters Codere y la final del Cuatro y Medio. Vimos que la primera salió bien y esperamos que en la de la jaula pase lo mismo. Después, valoraremos cómo se han desarrollado los eventos. Cada vez que cerramos uno, lo analizamos.

¿Es un frontón hecho solo para finales o tienen previsto recibir festivales de la temporada regular?

-Tenemos en Iruñea un magnífico frontón, como es el Labrit. Es un emplazamiento que funciona muy bien y está gestionado por la Federación navarra, con la cual vamos de la mano. Tenemos claro que no queremos hacer ningún daño al Labrit, porque hay cosas suyas que jamás tendremos. No hemos llegado a pensar con tanto detalle en el futuro, pero el Labrit tiene que seguir funcionando como hasta ahora. Tenemos que ayudarnos entre nosotros.

¿El frontón Bizkaia de Bilbao es un espejo en el que se miran?

-Lo que sí hemos hecho ha sido visitar otros centros, tanto palacios de congresos como grandes frontones. En concreto, respecto al Bizkaia, estuvimos reunidos con los responsables y les estamos muy agradecidos, ya que nos explicaron cómo funcionan las cosas y nosotros hemos aprendido de ellos. Nos hemos fijado en las sedes que están funcionando. Queremos copiar lo que funciona, si se puede.

Competencia directa, pero competencia sana, ¿no?

-Eso lo tenemos claro. Desde luego, la relación tiene que ser buena entre todos. Siempre hemos funcionado así. Al final, los promotores son los que deciden; en este caso, Aspe y Asegarce. Les escucharemos y en función de lo que planteen veremos el futuro.

Es decir, que el Navarra Arena ha llegado al mundo de la pelota para quedarse.

-Eso lo tenemos claro. De aquí no creemos que se mueva. Nos gustaría que fuera uno de los grandes escenarios de la pelota. Tenemos a 3.000 personas que están muy cerca de la cancha y no hay un asiento malo. Creo que es un frontón con unas características muy especiales.

¿Considera que la cercanía con el público y su calor es la mayor virtud del Navarra Arena?

-Es algo muy importante, sí. Los pelotaris nos transmiten que la gente está muy cerca. Además, dicen que suena muy bien.