Fue una final muy intensa. Aimar dio una exhibición, metió todas las pelotas en la mano y gozó terriblemente de sotamano y a bote. Juan estuvo bien y peleó a tope. Quizás al principio le costó un poquito acabar bien, parecía que no estaba con mucha confianza. Luego estuvo metido en el partido pero Olaizola hizo un partidazo.
Irujo decidió cambiar la manera de sacar sobre la marcha, primero de aire y luego a bote. Juan restó bien porque si aquí no haces un resto como los que hizo regalas el tanto. Todo tiene sus pros y sus contras pero, analizando el encuentro, Juan hizo un buen partido pero Aimar se salió y el 22-7 es un resultado que no refleja lo que hubo.
Juan jugó a pelota, jugó bastante; lo que pasa que el otro fue mejor. Además se dan circunstancias de que el frontón Bizkaia le va como un anillo al dedo a Olaizola y todas las finales son aquí siempre. Yo creo que este partido en Donostia o en Gazteiz hubiera cambiado, ya que este es un frontón muy lento y lógicamente le favorece al cien por cien a Aimar. Juan cuenta con desventaja en este frontón frente a Olaizola II.
Estamos hablando siempre del material, ellos siempre están hablando de ello y se está creando una historia con las pelotas seleccionadas que Juan no ha montado. Es cosa de ellos, que dicen que siempre saca la pelota más viva. Ellos juegan en su frontón, tienen todo y encima el que parece el malo es Juan. Esto se tiene que ver, la gente se tiene que dar cuenta de todo esto. Contra Aimar hay que hacer todo bien y hay que reconocer que a pesar de todo es el justo vencedor y se merece la txapela.