Bilbao - La XXVIII edición de la subida al Pagasarri volvió a registrar un lleno absoluto en la cumbre de la mítica cima bilbaina. La jornada no comenzó de lo más atractiva en cuanto a lo meteorológico, pero los miles de mendizales que partieron a las 9.00 horas desde la Gran Vía, el lugar de salida habitual, no se amilanaron. Y el tiempo les respetó, aunque en el recorrido, que en esta ocasión fue por el Peñascal, no faltó el barro. Eso sí, la lluvia no hizo acto de presencia durante mucho tiempo.
Familias, cuadrillas, parejas con los perros y hasta algún animado en bicicleta de montaña, todos los devotos al Pagasarri no faltaron a la cita. El ambiente festivo, a una semana de que arranque el maratón navideño, fue la nota predominante. Y tras dos horas de caminata, el merecido hamaiketako que la organización distribuyó entre los participantes.
La subida popular al Pagasarri, que se celebra ininterrumpidamente desde 1991 -a comienzos del siglo XX ya se registraron ascensiones organizadas-, es un homenaje a los montes vascos y una manera de colaborar con la conservación de la naturaleza, como quedó demostrado una vez más ayer, ya que BKK plantará un árbol por cada participante que se ha inscrito.
homenaje El momento emotivo de la jornada se registró en la cima con el homenaje al último guarda del Pagasarri, Rafael Toral, recientemente fallecido. Juanjo San Sebastián entregó a los familiares un recuerdo de la organización después de un haurresku de honor en recuerdo de Toral. - DEIA