Era una persona muy peculiar. Cuando corríamos, cuando jugábamos, era extremadamente serio; más maduro que el resto”. Era un adulto embutido en el cuerpo de un crío. A edades tempranas, cuando la personalidad atraviesa el proceso de formación, esa actitud puede resultar anómala para el entorno o intuirse como crucial en el papel que jugará el sujeto en el futuro; incluso puede ser determinante y alterar el curso de la historia del motociclismo. “Ese carácter le daba un plus; desde pequeño era alguien diferente”. De ese proyecto de campeón, allá por 1997, han transcurrido más de dos décadas. Tiempo que ha forjado a un “superclase, uno de los mejores de todos los tiempos, sin duda”.

Hablar de Dani Pedrosa (29-IX-1985, Castellar del Vallés) es tratar de uno de los pilotos más fructíferos que ha conocido el motociclismo: hoy, es el tercero con más grandes premios, superado por Loris Capirossi (328) y Valentino Rossi (373); séptimo con más victorias, 54, como Mick Doohan; segundo con más segundas y terceras posiciones, 52 y 47; segundo con más podios, 153, solo Rossi atesora más, 230; sexto con más poles, 49; quinto con más vueltas rápidas, 64, y poseedor de tres títulos mundiales: uno de 125cc (2003) y dos de 250cc (2004 y 2005) desde que apareciera en la escena mundialista en 2001.

Es, además, autor del mayor número de triunfos para Honda, la marca paradigma del éxito y su único hogar mundialista. La morada donde se ha transformado en el único piloto de MotoGP ganador de al menos una carrera durante 16 años consecutivos.

A pesar de la gloria acaparada, gira en torno a su figura el sentimiento de lo que pudo haber sido y no es: campeón del mundo de la máxima cilindrada. Es el único del Top 18 de pilotos con más victorias de la categoría reina que no se ciñe una corona. Es su mota, grande para el sector crítico, que asiste al peor arranque de temporada de Pedrosa desde que en 2006 accediera a la principal categoría del Mundial. Por eso, por las repeticiones de las oportunidades desperdiciadas para la proclamación y por la opción de contar con Jorge Lorenzo, el equipo oficial de Honda prescindió de sus servicios para 2019. La concatenación ha precipitado la jubilación de Dani, que alejado de su otrora competitividad, deja el motociclismo.

“Es una decisión tomada en base a mis sensaciones, a mi modo de entender las carreras y por ser sincero conmigo mismo”, explica. Honradez.

“inició una era” A juicio de Efrén Vázquez, el piloto vasco más laureado y rival de Pedrosa entre 1997 y 1998, antes de que ambos dieran el salto al Mundial, la figura de Pedrosa es tan trascendente en la historia como la representación del amanecer de una época insólita en las carreras. “Inició la era de los pilotos jóvenes, talentosos y campeones. Su presencia fue el inicio de la imagen de que un piloto joven y pequeño de cuerpo podía ganar. De hecho, fue el más joven de la historia en ganar tres campeonatos seguidos”, evoca Efrén, antaño tercero en un Campeonato de España de Minimotos que logró Pedrosa.

Dani extiende la alfombra para la llegada del éxito de la cantera del motociclismo estatal, escuela de los Jorge Lorenzo o Marc Márquez, aunque estos culminando como campeones de la máxima cilindrada. ¿Por qué Pedrosa no ha consumado? “Para ganar hace falta tener todo de cara. Le ha faltado esa envergadura necesaria para la actual y exigente manera de pilotar. Le ha faltado tamaño, potencia, porque mide 1,60 metros y pesa 51 kilos. “Me hubiera gustado tener un físico más robusto”, anhelaba ayer Pedrosa, el día del anuncio de su retirada “De un modo u otro, las lesiones aceleran la vida, el proceso de llegar a este momento”, argumentaba. El ocaso de colgar el mono.

un piloto desdichado “Tampoco ha tenido la fortuna de su lado puntualmente”, adereza Efrén, con una complexión similar a la de Dani. Pedrosa ha sido hijo de la desdicha. Un pupas del paddock. Cuenta 34 lesiones producto de 18 accidentes, el último durante el reciente Gran Premio de Argentina, con una fractura en el brazo derecho. Con semejante factura, ha completado de forma íntegra seis campañas, pero solamente tres corriendo ileso (2007, 2012 y 2017).

¿Por qué Dani parece de cristal? “La gente habla de su envergadura muscular, de sus huesos... Para mí, se trata de fortuna; ha tenido muchas caídas feas”, considera Efrén, que atribuye la causa a motivos ajenos al piloto. Percances, apunta, que además coinciden con momentos clave para sus eternas aspiraciones de campeón. “Ha sido tres veces subcampeón de MotoGP (2007, 2010 y 2012), que no es poco. Con la suerte de su lado, podría haber coronado”, apostilla el bilbaino, que hace referencia, por ejemplo, al caso de Marc Márquez, uno de los pilotos con más caídas; desde que llegara a MotoGP ha disputado 98 carreras, no se ha perdido ni una, y se ha caído en 83 ocasiones, pero sin la gravedad que impide luchar cada año por ser campeón. “Ha tenido mucha fortuna; a Dani le ha faltado”, juzga Efrén. “Me han lastrado”, considera Dani, sin buscar excusas, tratando de ser honesto en Alemania, donde ha comunicado su adiós. Además de castrar sus opciones, “han acelerado ese proceso de no poder seguir al 100%”, prosigue el catalán. Tenía opciones de continuar en competición, como la de Yamaha u otros campeonatos, pero la elección se fundamenta en “ser honesto”. No es quien era, no se siente pleno.

Lejos de asociar talento y lesiones, Efrén se deshace en elogios porque, asegura, será el piloto con la trazada más dulce que ha conocido. “Técnicamente es buenísimo. No ha sido campeón por la mala fortuna de momentos puntuales y por la importancia de la aerodinámica en la era moderna, donde afecta el tamaño y la envergadura del piloto; en el caso de Dani le han perjudicado. A pesar de todo, es un superclase”, concluye.

La exigencia deportiva en Honda le ha llevado a la decisión final. Honda cede el testigo a Jorge Lorenzo. “Dani ha tenido muchas oportunidades, 13 años sin ganar en Honda es imperdonable, incluso para un piloto que puede formar parte del Top 10 de la historia. Tras el ultimátum del año pasado, este año tenía que demostrar y ha empezado peor que nunca, además de con lesión”, valora Efrén, que ve en Lorenzo a “una oportunidad” para la fábrica japonesa. “Lorenzo es un piloto que, si está a gusto con la moto, es el más fuerte”. “Tiene ese plus para ganar a Márquez”, añade, y ahonda: “Márquez es puro talento, pero hoy por hoy Lorenzo es el más preciso, si tiene la moto a su gusto, es capaz de ganar a cualquiera”. Así, Pedrosa quedará para la memoria como el rey que nunca tuvo su corona.