FEDERER66636
CILICFEDERER
78%Primer servicio55%
16Puntos directos de saque24
5Dobles faltas4
57Errores no forzados34
69%Puntos ganados primer servicio80%
51%Puntos ganados segundo servicio58%
45Puntos ganadores41
25%Puntos ganados al resto34%
2/9Roturas conseguidas6/13
14/18Puntos en la red14/19
214Servicio más rápido (Km/h)207
195Media primer servicio (Km/h)188
150Media segundo servicio (Km/h)159
128Puntos totales152
bilbao - Roger Federer lloró hace nueve años después de perder ante Rafa Nadal en la final del Abierto de Australia cuando el balear le parecía un muro insuperable. Y el suizo lloró ayer de nuevo abrazado a su sexto título en Melbourne, el segundo consecutivo, y el vigésimo en su cuenta de Grand Slams, y ya empieza a despejar dudas sobre quien es el mejor tenista de todos los tiempos. Solo tres mujeres -Margaret Court, Serena Williams y Steffi Graf- han conseguido alcanzar esa cifra. Lo mejor es que, a sus 36 años, Federer puede seguir aumentando la cuenta por la fluidez y perfección con que ejecuta su tenis, lo que le permite ahorrar esfuerzos y prolongar una carrera que hace un par de años muchos daban por concluida. Desde entonces, ha sumado tres grandes más y ya acecha de nuevo el número 1 mundial.
La final ante Marin Cilic fue corta para un partido a cinco sets. Duró apenas media hora cada uno por el ritmo frenético que impuso Federer. El croata, brillante con su derecha, estuvo a un gran nivel, mucho mejor que en sus anteriores duelos ante el de Basilea, reaccionó a un 2-0 en contra en el cuarto set y tuvo su oportunidad en el inicio del quinto cuando dispuso de dos bolas para romper el servicio del suizo y adelantarse en un momento de debilidad de Federer, pero dejó vivo a su rival y este no le perdonó con un parcial perfecto.
puntos muy cortos El 75% de los puntos se jugó a no más de cuatro golpes, sin margen para los intercambios largos, y Federer impuso su mayor eficacia con el servicio en contraste con lo que había sido todo el torneo, en el que Cilic había facturado cerca de 20 saques directos por partido. Ninguno de los dos quería verse sometidos a largos esfuerzos, pese a que la final se jugó con el techo cerrado para mitigar el fuerte calor. Esto recibió críticas, incluso del propio Cilic, porque fue la primera vez que se hacía en el Abierto de Australia y porque en la final femenina, que estuvo parada diez minutos, y en otros partidos de este torneo no se siguió el mismo protocolo.
Hay quien ha querido ver favoritismo de la organización hacia Roger Federer, que en las dos últimas ediciones ha jugado la mayoría de sus partidos en el horario nocturno, pero cuando uno ha ganado 20 Grand Slams y seis veces en Melbourne, tantas como Roy Emerson y Novak Djokovic, tiene derecho a estar por encima del bien y del mal. “Es increíble. He estado inquieto todo el día, casi habría preferido jugar por la mañana. Estoy feliz de que acabara, pero ganar es absolutamente un sueño hecho realidad”, dijo Federer para añadir: “El cuento de hadas continúa para mí. Después del gran año que tuve en 2017 esto es increíble”, manifestó Federer en la rueda de prensa.
Y prometió más para el futuro, ahora que de nuevo se siente en plenas facultades: “En doce meses he ganado tres Grand Slams. No me lo puedo creer. Todo consiste en tener un buen calendario, no jugar de más, mantener el hambre... Y así las cosas sucederán. No creo que la edad sea un problema. Es solo un número”.