bilbao - La temporada pasada, el Zuazo se quedó a un punto de clasificarse para la Challenge Cup, la segunda competición europea. Tras toda la campaña en los puestos nobles, las rojinegras perdieron el billete continental en la última jornada. Toda una decepción que dejó tocadas a jugadoras y afición. Sin embargo, el verano ha servido para cerrar heridas y olvidar; así que el técnico fabril, Juanjo González, ha retornado con más ambición que nunca y con una plantilla con muchas caras nuevas. Y es que las diez bajas -Merche Castellanos, Irene Espínola, Naiara Egozkue, Ángela Martín, Jéssica Nogales, Ainhoa Azaola, Izaskun Mujika, Maialen Agirregomezkorta y Mendia Ibáñez- han sido suplidas con seis jugadores de renombre y experiencia: Ana Temprano, María Luján, Patricia Elorza, Paula Valdivia, Amaya G. Garibay y Paulina P. Buforn. Seis fichajes que equilibran el bloque que permanece y que le permiten al Zuazo aspirar a cotas más altas. Así comienza este sábado (19.30 horas, Lasesarre) ante el Base Villaverde su temporada más ilusionante el club barakaldarra.
Hay ganas de empezar después de un mes de pretemporada, ¿no?
-Claro porque las pretemporadas se hacen muy largas, aunque hayamos intentado jugar muchos amistosos, el chip de la competición es totalmente distinto.
El Zuazo fue uno de los equipos que antes empezó a entrenar y que más amistosos ha jugado. ¿A qué se debe?
-Porque había muchísimas bajas y muchísima gente nueva. De hecho, había altas en puestos importantes y había que intentar acoplar al equipo. Los amistosos siempre te dan un plus de competición porque no es lo mismo jugar un seis para seis entre tus compañeras que contra un rival. Cambias el chip y se simula mejor el juego real.
¿Y cómo va ese acoplamiento?
-No va tan rápido como quisiera, pero es lo habitual cuando hay tantas novedades.
De hecho, dicen que el Zuazo es el equipo que mejor se ha reforzado esta temporada. ¿Lo cree así?
-Nos hemos reforzado en los puestos que necesitábamos con jugadoras que necesitábamos, pero los demás equipos también se han reforzado bien. Cierto es que, por nombres, ahora mismo el equipo está bastante bien, pero con los nombres no se ganan partidos; así que hay que ver cómo funcionan los fichajes en nuestra metodología de trabajo para saber si han sido acertados o no.
¿Pero está contento con los fichajes o deseaba alguno más?
-Estoy contento con las llegadas y con la gente que se ha quedado. Buscábamos un equilibrio y la plantilla está muy bien equilibrada. Si las lesiones nos respetan, va a ser un año muy bonito.
Han llegado muchas caras nuevas porque hubo muchas bajas. ¿Le sorprendió esa desbandada al final de la temporada pasada?
-El balonmano femenino no es un trabajo estable del que no se puede vivir. No está bien remunerado para todo lo que conlleva, entonces hubo jugadoras que tenían que trabajar y pensaron en su futuro profesional. También hubo jugadoras que tuvieron mejores ofertas que la del Zuazo, entonces también se marcharon. Pero no me tiré de los pelos por ello, es ley de vida. El mercado es así.
¿Las bajas no tuvieron que ver entonces con la no clasificación europea?
-No, de hecho solo hay que mirar la gente que ha llegado al equipo. Son jugadoras que están acostumbradas a estar en competiciones europeas. Creo que las salidas fueron por motivos de índole más personal que deportivo.
Aún así, estar toda la temporada en puestos europeos y que en la última jornada no se consiguiera el billete para la Challenge Cup fue un varapalo. ¿Todavía lo recuerdan o ya está superado?
-No podemos pensar en el pasado. No te voy a negar que fue un golpe fuerte estar siempre arriba, llegar a la última jornada y no conseguir el punto que necesitábamos. Fastidia, no te voy a engañar, pero hay que tirar para delante.
Ha habido muchos cambios, pero usted sigue un año más en el banquillo. ¿Qué aspiraciones tiene en el Zuazo?
-El club quería contar conmigo y era un poco triste marcharme sin conseguir los objetivos, así que decidí quedarme. Había que consolidar el proyecto y el club dio un paso importante, por lo que aquí sigo.
Habla de consolidar el proyecto, ¿este es el año de la consolidación?
-El proyecto del Zuazo está ya bastante consolidado, ya se habla de un club de la parte alta de la tabla, pero también es cierto que hay que dar un paso adelante. No solo clasificarnos para Europa, sino poder meternos en la Copa con opciones de ganarla, como ocurrió hace dos años. Queremos tratar de tú a tú a los gallitos; el año pasado ya se consiguió, así que ahora queremos seguir en esa línea.
¿Entonces cuáles son los objetivos de la temporada?
-Competir todas las semanas al máximo nivel y no ponernos un objetivo a largo plazo. Estar a la altura de lo que demanda la afición y el club y, a partir de ahí, mirar hasta dónde podemos llegar.
Pero es evidente que los fichajes de esta temporada permiten ser ambiciosos.
-Sí, pero la ambición implica responsabilidad. Es cierto que lucharemos por estar más arriba del quinto puesto, pero es la competición la que te pone en tu sitio. Hay un elenco de unos siete equipos que pueden estar arriba y eso va a hacer que la liga esté mucho más competida. Espero estar al nivel de lo que demanda la liga.
Con todo, muchos han hablado del Zuazo como alternativa al campeón Guardés. ¿Son palabras mayores?
-La gente siempre busca a alguien que mate al campeón, pero nosotras tenemos que ser justas con nosotras mismas y no tenemos que tener ningún tipo de presión a la hora de salir a jugar y de buscar cada semana los dos puntos. Tenemos que tener los pies en la tierra, anclarnos para no irnos y saber que el rival también cuenta. Tenemos que disfrutar.
E intentar no sufrir en la última jornada.
-Eso es. Si hay algo positivo en lo que nos pasó el año pasado es que ahora queremos lograr los objetivos antes de la última jornada y, en caso de que nos la juguemos en el último partido, no repetir nuestros errores.
¿La Copa, después de la eliminación del año pasado, es una espina clavada?
-Personalmente sí porque es lo único que me falta por disfrutar en mi vida deportiva. He estado en muchos sitios y he disfrutado de muchas cosas, pero no de una Copa. Lo tengo clavado porque lo del año pasado fue un varapalo y espero que este año la disputemos al máximo para poder traernos el trofeo.
Con todas las caras nuevas incorporadas, ¿va a mantener el modelo de juego del año pasado o los fichajes le permiten variar el sistema?
-Me permiten variar, pero el sistema de juego se va a mantener. Buscamos lo que el año pasado nos dio mucha consistencia, que es el nivel defensivo. Además ahora también buscamos más velocidad, una salida más rápida de balón porque las jugadoras nos lo permiten. Pero, para ello, hay que defender bien.
Empiezan la temporada en Lasesarre y lo hacen contra el Base Villaverde. ¿Es un buen comienzo?
-No me fío de nadie porque en las primeras jornadas es donde están todas las sorpresas. Todavía tienes nervios, quieres hacer las cosas bien en el debut y es cuando peor juegas. Es cuando te quitan puntos que crees que son tuyos. Entonces, aunque sea contra el Base Villaverde, va a ser un partido complicado, tenemos que estar concentradas porque no nos lo van a poner fácil.