QUIERO asentarme como un jugador regular en esta liga”, afirma David Iriarte (Palma de Mallorca, 1995). La meta individual no es otra que dejar atrás esos dientes de sierra con los que ha convivido durante parte de su carrera. Alargar las buenas rachas y olvidarse de los malos días. Ese el objetivo final del mallorquín en este año y por el que trabaja en el Zornotza y en el Bilbao Basket, equipo al que ayuda en los entrenamientos al ser un jugador convenido. Siempre al servicio del grupo, un jugador con calidad demostrada al que no le importa bajar al barro para ayudar a los suyos a conseguir el triunfo. “Hay que hacer lo necesario para ganar. Si siento que es mi día y el equipo me necesita, trataré de anotar. Si es el día de otro, se la daremos a él. No se trata de que tenga que destacar, se trata de que ganemos”, explica Iriarte, que podría reaparecer hoy ante el Sammic ISB después de varias jornadas sin poder saltar a la pista debido a unas molestias en la rodilla.

No lo ha pasado bien en estas últimas semanas el mallorquín. Con problemas en la rodilla, ha tenido que ver cómo sus compañeros se fajaban en la pista desde la barrera. “Sentía impotencia al verles jugar y me hubiera encantado poder ayudarles. Además, han hecho un gran papel contra equipos de nivel y estoy seguro que en la segunda vuelta les vamos a ganar en casa”, comenta. Iriarte podría reaparecer en un escenario muy deseado por la afición y por los propios jugadores, la vuelta del Zornotza a Larrea, a su casa. “Tengo muchas ganas de ver el pabellón porque hemos jugado en Durango y en Gernika y ha venido bastante gente”, declara Iriarte, que está ante la posibilidad de disfrutar por primera vez de la afición de Amorebieta a su favor y no en contra, como fue hace unos años cuando se enfrentó al Zornotza en el play-off, estando todavía en el Prat: “Nunca había visto tanta gente gritar a la vez, no se oía ni a los compañeros. Nosotros tratamos de estar tranquilos, pero el ambiente fue impresionante. Son los partidos que más se disfrutan”.

Iriarte llega al Zornotza tras media vida deportiva en las filas del Joventut de Badalona. El mallorquín, como muchos otros jugadores, tuvo que abandonar su casa muy joven para formarse como jugador de baloncesto. “Estaba jugando en La Salle en Mallorca y después del Campeonato de España Infantil, mis padres me dijeron que la penya se había puesto en contacto con ellos. Mi primera reacción fue decir que no, pero una vez que llegué ahí me quede alucinado. Fue duro y eché mucho de menos a mi familia, pero es un sacrificio que ha valido la pena”, cuenta. En su última etapa, coincidió con el actual entrenador del Bilbao Basket, Carles Duran: “Siendo junior ya empezamos a subir y hacer entrenamientos específicos. He estado bastantes años con él, la relación es muy buena y fue un elemento determinante para que viniera aquí”.

Este año, el mallorquín ha dado otro salto más en su carrera. Otro cambio drástico. Iriarte ha dejado atrás su zona de confort, ese Badalona que le acogió cuando era crío y fue clave en su formación como jugador y persona. Pero esa etapa llegó a su fecha de caducidad y el interior decidió hacer las maletas y viajar a Zornotza. “Pensaba que me iba a costar más adaptarme, cambiar de sitio, pero la verdad es que me he encontrado muy cómodo tanto en el Zornotza como en el Bilbao Basket. Me he sentido uno más desde el principio y con los entrenadores tengo una relación muy buena y cercana”, detalla. Iriarte llegó a un conjunto zornotzarra que iniciaba un nuevo proyecto, con solo dos jugadores con respecto a la temporada pasada y hasta ahora las cosas están funcionando. “Me ilusionó mucho el proyecto y me gustó el recibimiento que tuvimos los nuevos. Llegamos a un club muy familiar, cercano y donde empezamos a disfrutar desde el primer día. Un camino con altos y bajos en el que no hemos parado de disfrutar”, afirma el pívot de Palma de Mallorca.

Iriarte no solo ha venido a jugar para el Zornotza. Su juego también llamó la atención del Bilbao Basket, que decidió incorporarlo como jugador convenido y actualmente compagina entrenamientos con los dos equipos, llegando a tener muchos minutos en la pretemporada de los hombres de negro. “Es otro mundo. Son unos jugadorazos de mucho nivel y estoy ahí para aprovechar la oportunidad y aprender todo lo que pueda”, comenta el mallorquín, que quiere que este aprendizaje no se quedé ahí y sirva para ayudar también al equipo dirigido por Mikel Garitaonandia: “Si este aprendizaje lo puedo trasladar a los entrenamientos y partidos del Zorno-tza, mejor para mí y para el equipo”.

ESTRENO EN LARREA El Zornotza vuelve hoy a Larrea tras varias jornadas de exilio para enfrentarse, a partir de las 18.30 horas, al Sammic ISB, líder de la competición y que cuenta con un viejo conocido como una de sus principales armas, Ander García. Los zornotzarras además de recuperar su habitual campo, también pueden volver a contar con la recuperación de algunos efectivos como Vasilije Vucetic o David Iriarte, más complicado parece el retorno de Juan Torres. “Llegamos con muchas ganas de jugar todos. Llevamos varios partidos con seis y siete jugadores y por fin nos recuperamos algunos de los que estábamos mal. También tenemos muchas ganas de volver a Larrea”, afirma Iriarte.