bilbao - Tantas veces negado en la pasarela de la dicha, ese pasillo de pétalos de rosa y bellas sonrisas, Peter Sagan, campeón del mundo, ciclista con tilde, se encaramó a la felicidad absoluta con un triunfo magnífico en la Gante-Wevelgem, una clásica que homenajeó al ciclismo. El laurel lo logró el eslovaco a lo grande en un sprint en el que derrotó a Vanmarcke, Kuznetsov y Cancellara, todos ellos alistados en una aventura estupenda cuando a la clásica le restaban treinta kilómetros. A partir de ahí se produjo un titánico pulso entre los fugados, dorsales de calidad suprema, y el Etixx, dispuestos sus corceles para dar luz a su proyectil: Fernando Gaviria. El equipo belga no pudo percutir con Gaviria porque a Vanmarcke, Cancellara, Sagan y Kuznetsov no había radar que les rastreara la estela. Con ventaja suficiente, el cuarteto se adentró en el ritual de los amagos, las miradas y las maniobras. Kuznetsov encendió el sprint, Cancellara se disparó, Vanmarcke se descorchó y Sagan, volcánico, entré en erupción. El fuego de su piernas fue un río de lava imparable.
demoitié, muy grave Por otra parte, el belga Antoine Demoitié tuvo que ser hospitalizado ayer de urgencia en un centro sanitario de Lille para tratar de salvarle la vida. Demoitié se encuentra en estado “extremadamente grave”, según anunció su equipo, el Wanty-Groupe Gobert. El corredor belga fue atropellado por una moto de carrera durante la disputa de la clásica a la altura de la localidad de Sainte-Marie-Cappel. La motocicleta arrolló a Antoine Demoitié cuando este se encontraba en el suelo víctima de una caída. - C. Ortuzar